sábado, 6 de mayo de 2023

Coronación del rey Carlos III: Los monarcas despiden ceremonia con tradicional saludo desde balcón de Buckingham

 

Los príncipes de Gales, con sus tres hijos y los hermanos del rey Eduardo y Ana, entre otros miembros de la familia, salen a saludar a la ciudadanía desde el palacio | Carlos III y Camila han sido coronados ante 2.000 invitados | El monarca ha sido ungido en el único momento oculto al público.

Los reyes Carlos III y Camila ya han salido al balcón del palacio de Buckingham a saludar al público que ha seguido bajo la lluvia su ceremonia de coronación. Les han acompañado los príncipes de Gales con sus tres hijos y los hermanos del rey Eduardo y Ana, con sus respectivas parejas. También han estado los hijos de Eduardo, duque de Edimburgo, y la princesa Alejandra, prima de Isabel II. Además, se han asomado también los pajes de la ceremonia, entre los que había nietos de Camila. Después, han abandonado el balcón, lo que ha puesto fin a los actos previstos del día. Previamente, el rey ha pasado revista a las tropas. La investidura con la corona a Carlos —y posteriormente a Camila— ha sido el principal momento de la ceremonia, que han seguido 2.000 asistentes en la abadía, miles de ciudadanos bajo una lluvia intermitente de Londres y millones de espectadores desde sus pantallas. Por la mañana, la policía británica ha detenido a siete personas por “alterar el orden”. Un portavoz del grupo antimonárquico Republic asegura que uno de los arrestados es su líder, Graham Smith. El grupo está detrás de la protesta #NotMyKing (No mi rey, en castellano).

Los seis componentes negros —tres hombres y tres mujeres— del Coro de la Ascensión, de pie en un bello círculo de baile y ritmo ante el altar de la Abadía de Westminster, cantaron este sábado un Aleluya de música góspel en honor de Carlos III. Pero poco después, cuando el arzobispo de Canterbury ungió con el óleo sagrado al nuevo monarca en el pecho, la cabeza y las manos, una cortina ocultó a las cámaras y a los invitados el momento más íntimo de la ceremonia. Y comenzó a resonar entre los muros del tempo Sadok el Sacerdote, el himno compuesto por Handel en 1727 para la coronación de Jorge II. No hay otra composición que se identifique más con la majestuosidad atribuida a la realeza. Modernidad, en dosis moderadas, mezclada con pompa y tradición.

Carlos de Inglaterra no esperó 74 años para acabar convirtiendo el ansiado momento de su coronación en un evento civil. La duración, o las cifras de participantes, han sido menores a las que tuvo su madre, Isabel II, en 1953. Pero la Operación Orbe Dorado, el dispositivo preparado por el Gobierno, la casa real, la BBC y las principales instituciones británicas ha sido un empeño, coronado con el éxito, por intentar demostrar al resto del mundo que el Reino Unido sigue siendo un actor a tener en cuenta, y que su monarquía forma parte integral de su misma esencia.

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