martes, 6 de julio de 2021

 

Se debe cambiar de rumbo por el bien de todos

 


EDITORIAL

 

El Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) acaba de arribar a sus 38 años de su creación, y se puede advertir de que lleva una existencia casi divorciada del origen para el cual fue creado, muy lejos de sus postulados, aun siendo dirigido por gente buena y que dicen que aman a ese gremio profesional.

Al correr de los años ha sido notorio el deterioro por el que atraviesa el CDP, no solo en su parte física, sino institucional (aunque sea de manera involuntaria) por parte de quienes hasta este momento lo han conducido.

Hay que mirar la situación por la que atraviesan cantidades de periodistas que hoy no pueden ganarse el sustento familiar, porque muchos de ellos pasan por situaciones de salud muy delicadas, y más aún porque ya la edad no les permite laborar en los diversos medios existentes, en el cual cantidades son rechazados por parte de quienes los dirigen.

Actualmente se conocen diversos casos que deben ser atendidos urgentemente, pero lamentablemente El Instituto de Previsión al Periodista Profesional (IPPP) no está en condiciones de asumir responsabilidades por falta de recursos económicos.

El caso de algunos periodistas que sufren enfermedades catastróficas, como el de Francisco Paulino, quien padece de diabetes, lo que le ha afectado su visión, con la congruencia de carecer de un seguro médico que le permita recibir las atenciones factibles a su enfermedad, aun el reclamando pagar con sus propios peculios un seguro contributivo que le permita atenderse dignamente para evitar la total pérdida de su visión.

De igual manera se está clamando por una pensión para el periodista Tony Grimaldi Silié, de San Francisco de Macorís, quien tiene ya 71 años de edad, y padece de cáncer en el fémur, caída de la dentadura y pérdida de la audición, así como también de decenas de periodistas que se encuentran en situaciones difíciles, algunos con enfermedades terminales, tanto dentro como en el exterior del país, sin que el CDP y el IPPP puedan tender una mano amiga como sucede en los demás gremios de profesionales del país que pueden valerse por sí solo y buscan soluciones a la problemática de sus miembros

Hacemos un llamado al CDP y al IPPP asumir con responsabilidad la situación por la que atraviesan decenas de sus miembros.

Es de ahí la necesidad de que el CDP se encamine hacia otro rumbo por el bien de todos sus miembros, sin ánimo alguno de dañar la gestión de sus actuales dirigentes, pero se hace evidente que el gremio que alberga a los profesionales del lápiz y el papel debe encaminarse hacia otro sendero.

 

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