Las ‘cicatrices’ o marcas mutacionales en el ADN permitirán entender mejor cada tumor y ayudarán a diseñar terapias más eficaces. Más información: María Casanova, investigadora: «En personas con historial de cáncer familiar, ya podemos ver indicios a partir de los 20 años»
ADN
Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han identificado hasta 20.000 ‘cicatrices’ que quedan como marcas en el ADN humano tras repararse por procesos que van desde las quemaduras en la piel hasta el cáncer. Con esta información han publicado el ‘reparoma humano’, un atlas de estas marcas que queda ahora a disposición de la ciencia.
Según explican, el ‘reparoma humano’ –en inglés REPAIRome– es un ejercicio de ciencia básica, pero se espera que pueda tener aplicaciones médicas. Por ejemplo, interpretar el patrón de cicatrices en las células tumorales de un paciente puede ayudar a determinar el mejor tratamiento para su cáncer en concreto.
“Es un trabajo ambicioso, que esperamos que se convierta en un recurso verdaderamente útil en la investigación oncológica y también en la práctica clínica”, afirma Felipe Cortés, jefe del grupo de Topología y Roturas de ADN del CNIO y autor principal del trabajo. Ernesto López, uno de los primeros autores del estudio, añade que «ha sido un esfuerzo arduo y concienzudo porque son unos 20.000 patrones, tantos como genes en el ADN humano».
Estas ‘cicatrices’, explican, corresponden en realidad a la «huella mutacional» que deja cada reparación en el ADN celular, del modo en el que un corte en la piel queda como cicatriz. A ojo de los investigadores, estas mutaciones revelan el daño sufrido, qué mecanismos de reparación ha usado la célula y cómo evoluciona el proceso.
Fuente EL ESPAÑOL
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