Las leyes impiden a la UNRWA operar en territorio israelí y prohíben a los funcionarios israelíes cualquier contacto con la agencia.
Las leyes israelíes que prohíben el Organismo de Obras Públicas y Socorro de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente (OOPS), aprobadas el pasado octubre, entran en vigor el jueves.
El impacto más inmediato se producirá en Jerusalén occidental, que Israel se anexionó en una medida no reconocida por la mayor parte de la comunidad internacional. La sede de la UNRWA, situada allí, se enfrenta a un cierre inmediato.
Pero las prohibiciones también amenazan con socavar las operaciones de la UNRWA en los territorios ocupados de Cisjordania y la Franja de Gaza, donde es el salvavidas de unos dos millones de palestinos, la mayoría de los cuales se han quedado sin hogar tras 15 meses de guerra entre Israel y Hamás.
Israel lleva mucho tiempo criticando a la UNRWA, alegando que perpetúa la condición de refugiados de los palestinos. Pero la campaña contra la agencia se ha intensificado por parte del primer ministro Benjamin Netanyahu y otros políticos de derechas desde el ataque de Hamás del 7 de octubre contra el sur de Israel. Israel afirma que alrededor de una docena de los 13.000 empleados de la UNRWA en Gaza participaron en el ataque y que muchos otros apoyan o simpatizan con Hamás.
La agencia niega haber ayudado a sabiendas a grupos armados y afirma que actúa con rapidez para purgar a cualquier sospechoso de ser militante entre su personal. Hasta el momento no está claro cómo se aplicarán las leyes – y si las operaciones de la UNRWA se verán obligadas a detenerse – e incluso los funcionarios de la UNRWA dicen que no saben qué va a pasar.
Algunas autoridades dijeron que la Policía cerraría el jueves la sede de la agencia y sus instalaciones en territorio israelí, que según ellos incluye Jerusalén occidental. Pero un funcionario del Gobierno israelí con conocimiento de los detalles de la ley dijo que no había intención de cerrar físicamente las instituciones, sólo que será más difícil para la agencia operar sin coordinación con las autoridades israelíes.
Un cierre total pondría fin a la atención primaria de salud de hasta 80.000 palestinos en Jerusalén oriental a través de unas dos docenas de centros médicos, según funcionarios de la UNRWA. También interrumpiría la educación y la formación profesional de hasta 1.000 niños en pleno curso escolar.
No hay escuelas municipales dentro del campamento de Shuafat, lo que significa que los niños que salen de las escuelas de la UNRWA tendrían que entrar y salir diariamente a través de los puestos de control israelíes hacia destinos aún desconocidos. La represión también amenaza el papel de la UNRWA como columna vertebral de la logística humanitaria en la región, dicen los trabajadores humanitarios.
Si se cierra la sede, habrá implicaciones «muy, muy graves» para la seguridad social, dijo Jonathan Fowler, director de comunicaciones de la UNRWA, desde el complejo de Jerusalén oriental.
La agencia proporciona una amplia gama de servicios básicos a 1,1 millones de palestinos en Cisjordania y 2 millones en Gaza. Durante la guerra entre Israel y Hamás, ha sido la principal agencia que ha garantizado la entrega de alimentos, suministros médicos y otras ayudas de las que depende la población de Gaza para sobrevivir. Israel reclama que la ayuda se redirija a otras agencias de la ONU y a otras ONG que operan en Gaza.
Apoyo de Estados Unidos
La prohibición de Israel a la UNRWA se vio reforzada después de que la administración Trump revirtiera el respaldo de la administración Biden a la agencia de las Naciones Unidas. Estados Unidos dijo el martes que apoya la decisión de Israel de cerrar la oficina de la UNRWA en Jerusalén oriental, anexionada por Israel, y dijo que los presuntos vínculos de la agencia con Hamás han «manchado» su trabajo y credibilidad.
La embajadora adjunta de Estados Unidos, Dorothy Shea, declaró el martes en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU que existen otras organizaciones humanitarias en Gaza con la experiencia y los conocimientos necesarios para hacer el trabajo de la UNRWA.
«Lo que se necesita es un debate matizado sobre cómo podemos garantizar que no se interrumpa la prestación de ayuda humanitaria y servicios esenciales», declaró Shea. El Congreso de Estados Unidos ya ha recortado la financiación de UNRWA hasta marzo.
Fuente: Euronews
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