jueves, 17 de febrero de 2022

La prensa calla, pero el país sabe

 

Por: Melvin Mañon

Si fuera por los Vicini y otros de la misma estirpe se comen a PUNTA CATALINA, devoran el país entero y se quedan con hambre. Medran a la sombra del poder usufructuando privilegios inmerecidos, exenciones fiscales, facilidades aduanales y contratos leoninos con el Estado dominicano y siempre encontraron políticos a los cuales encantaron, acorralaron y ordeñaron.
Ahora, por primera vez en mucho tiempo, una amplia corriente de opinión pública, un estado de ánimo casi nacional ha venido a caer en la cuenta de que esta gente ha hecho fortunas, mas allá de lo explicable, de lo razonable y de lo posible no a base de ser -como pretenden- mas eficientes, sino a base de ser mas listos, descarados, desvergonzados e inescrupulosos.
El humor nacional se ha virado contra estas fortunas a medida que una serie de contratos, transacciones y concesiones se hicieron públicas. Esto ha hecho posible que la gente vea y aprecie la obscenidad de esos contratos. Ese estado de ánimo que antes cabalgó a lomos de mula vieja como diría Machado, ahora discurre frenético a través de redes sociales. La velocidad alucinante a la que la información sobre los desmanes de esta gente se transmite es lo que ha forjado ese estado de ánimo contra el fideicomiso y cualquier figura legal que ponga en manos de ellos un bien público cualquiera.
La gente quiere que termine esa impunidad de los ricos como celebra que suceda con los políticos corruptos que han sido su contrapartida. Hay un reclamo de justicia y consciencia de que nunca la hemos tenido. La gente quiere un vengador, jamás un rendido y menos aun un cómplice adocenado. El desfase que estamos viendo con Punta Catalina es eso. En medio de las actuales precariedades y privaciones surgen, con fuerza, oscuros nubarrones que con poca cosa estallan con la fuerza devastadora de un tornado.

El Presidente es un tipo conciliador, se sabe que trajo compromisos y trata de acomodar la agenda de esos ricos pero el país no está en eso. La gente no quiere mas Vicini, mas Corripio, mas Rizek etc. Aquí hay un reclamo de justicia, cárcel para los corruptos, recuperación de lo robado y fin de las exenciones y privilegios. Como consignara recientemente el Dr. Roque Espaillat: aquí esos ricos se olvidaron de como hacer negocios correctamente, se acostumbraron a esos contratos, concesiones y exenciones leoninas. Ese es un pleito casado y el silencio de la gran prensa cuyos dueños son esos mismos personajes no disminuye un ápice la intensidad del enojo ni suprime sus consecuencias posibles. Todo lo contrario. Ya verán.

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