sábado, 2 de septiembre de 2017

En recordación al compañero y al amigo Don Fulgencio Espinal


Por Olga Capellán.-

 
Para mí que tanto escribo, en esta ocasión se me ha hacho difícil hacerlo, pues no voy hablar de un hombre cualquiera, sino del compañero, del amigo, del humano, del hombre excepcional, de Don Fulgencio Espinal, quien partió de este mundo de manera inesperada y sin tiempo para decir adiós.

Se me hace doloroso poder referirme al tema, pero se hace necesario, pues yo como antigua persona de confianza de Don Fulgencio, tengo que expresarlo, aunque como dije: con mucha dificultad; es por ello la tardanza en hacer público dicho comentario, obligatorio y en gratitud a nuestra amistad que nos unió por más de 40 años.

A él le conocí en el año 1973, a raíz de la división del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) cuando todavía era un jovencito, yo casi una niña, pero ya hacía pininos en el mundo político, siempre le vi en compañía del Lic. Hatuey De Camps, dos símbolos de admiración, ambos ya idos a destiempo.

Fulgencio era de los pocos buenos que quedaba en el PRD, convencido aún del Socialismo Democrático que tantas veces planteó el Dr. José Francisco Peña Gómez, como solución a los problemas del país, a la situación de la clase más vulnerable de la sociedad nacional.

Todos estamos apenados con su partida a destiempo, él era una gran persona y muy querido por todo el que le conocía, sincero, correcto, sencillo, honesto, amistoso, valiente, un gran ser humano, y un verdadero revolucionario que le caracterizó como único dentro de las filas del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) organización a la que le entregó su vida y algo más, razón por la cual no existen calificativos para designar a ese ser excepcional.

De acuerdo a informaciones dadas a conocer por el nuevo incumbente del Departamento de Efemérides del PRD, Lic. Stormy Reynoso, el próximo día 12 de Septiembre su partido hará un reconocimiento en su memoria, y con sobrada razones, pues Don Fulgencio Espinal, fue el último sobreviviente de los grandes valores perredeistas de los tiempos del Dr. José Francisco Peña Gómez, con algunas otras excepciones.

A Don Fulgencio, todos les recordamos con cariño y gratitud, así lo expresó el Lic. Miguel Abud Jorge, en nombre de su familia, Doña Teresa, Neney Cabrera y otros, sobre todo, quienes anhelaban verlo en una más alta posición dentro de su partido, por el cual tanto luchó, así como en la administración pública desempeñando una función dignamente como siempre lo hizo.

Don Fulgencio era un hombre digno, con una linda familia, dedicada, amable, cariñosa, agradable, noble, su esposa Doña Adelfa Mckinney, su hijo Fulgencito y demás miembros de esa distinguida familia, quienes siempre mantenían una sonrisa a flor de labio junto a él, quien estaba siempre presto para escuchar a la gente y ayudar en lo que fuese posible, ese fue el Fulgencio que todo el mundo conoció en vida.

Para Don Fulgencio no todo fueron flores, él tuvo también sus detractores, gente egoístas, envidiosas y de malas cizañas, como fue el caso de en los tiempos de Joaquín Balaguer, luego de su regreso al gobierno, impulsado por las garras de Vincho Castillo y otros que actuaron maquiavélicamente en su contra, y que le llevó al exilio político por diversos países.

Fulgencio Espinal, nunca doblegó sus hombros, era un ferviente creyente en el Socialismo Democrático, doctrina que había sido inspirada por el otrora presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y timón de los perredeísta, Dr. José Francisco Peña Gómez.

Un homenaje a Don Fulgencio para el próximo día 12 del presente mes, es algo tardado pero más que merecido, él mereció más que un simple homenaje después de su muerte, en vida para gratificar su sacrifico y dedicación de sus largos años dedicado a la política y a su partido, donde nunca hubo días de lluvias, noches oscuras, ni días tormentosos que él no lo dedicase a su labor política y a sus compañeros de partido.

Gracias al Lic. Stormy Reynoso, por hacer valer ese gran nombre, yo particularmente como compañera de su partido, y amiga personal de él, me sumo para decir gracias en nombre de su familia, quienes sabemos que el PRD aún mantiene una gran deuda con Don Fulgencio Espinal, a sabiendas que después de muerto, esta nunca será saldada: Gloria a Dios y pidiéndole que siempre le acompañe a su alma en su última morada.

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