martes, 4 de octubre de 2016

¡Hatuey murió en el seno de su partido al que entregó su vida y le vio crecer!




Apenas pasado un mes de la muerte del más emblemático dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) Lic. Hatuey De Camps Jiménez, quien se incorporó a las filas de su partido siendo un adolescente, casi un niño, al que se entregó ortodoxamente, iniciándose en el mismo en los frentes estudiantiles cuando este llegó al país desde el exilio en 1961 y fue una de las principales figuras en la lucha por el medio millón para la UASD en la misma década de los sesenta.

Hatuey, murió en el seno del PRD, luego que le fuera rehabilitada su membrecía y titulado presidente Ad Vitam, aunque no fue posible la realización del acto ceremonial que lo acreditara como tal por asunto de su estado de salud en que se encontraba.

Se debe recordar que el entonces presidente del Partido Revolucionario Dominicano, el 7 de Julio del 2004 fue expulsado, mediante resolución de la comisión Política que sesionó de una forma breve y arbitrariamente, lo que le forzó formar su propio proyecto político llamado Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD) mejor conocido como el partido del toro, en respuesta al gesto de desconsideración promovido y sustentado por el PPH, grupo auspiciado por los seguidores del ex presidente de la república, Ing. Hipólito Mejía Domínguez.

De Camps un revolucionario, convencido anti-reeleccionista y se enfrentó a Hipólito Mejía cuando este último pretendía retener el poder por medio a método inadecuado y violatorio a la Constitución de la República, que en aquel entonces prohibía la reelección gubernamental, fue como los portavoces  del PPH fundamentaron su propuesta en la indisciplina y rebeldía exhibida por el entonces presidente del PRD durante la recién finalizada campaña electoral, contra la reelección, acusándole  de ser culpable de la derrota de las elecciones presidenciales del 2004.

Hatuey se caracterizaba por ser un político de palabras firmes y dos días después de la conmemoración de la llegada del PRD al país desde el exilio (el 5 de Julio de ese mismo año) se presentó por ante la tumba del Dr. José Francisco Peña Gómez, proclamando haber cumplido con su deber perredeísta, defendiendo los principios de la no reelección, pero ello fue motivo para ser acusado de alta traición por los potentados seguidores de Mejía, oponiéndose únicamente de ese grupo el Dr. Pedro A. Franco Badía.

A pesar del tiempo y con sus acciones, Hatuey De Camps, demostró seguir siendo un perredeísta y luchó en diversas ocasiones a lo interno del PRD por la unidad del partido, inclusive en los últimos devastares para la contienda electoral del 2015, quien trató duramente por llegar a un entendimiento entre las partes en pugna, sector Miguel Vargas Maldonado é Hipólito Mejía-Abinader, en busca de que se formara un frente opositor para contrarrestar  la reelección del actual presidente de la república, Lic. Danilo Medina, pero no lo pudo lograr, dada las profundas heridas existentes entre ambos sectores, al que él luego se vio obligado a desistir abatido y falto de éxitos frente al caso en debate.

Hatuey, fue un convencido anti-reeleccionista, fue por ello su afán de enfrentar en el 2004 Hipólito Mejía y su grupo PPH, y a pesar de que el propio Mejía en 1999 había ganado la convención del PRD con un 73% y al llegar al gobierno en el 2000 nombró a sus más cercanos colaboradores, donde sus dos primeros años de mandato fueron excelentes, pero no suficientes bueno para que en el 2004 repitiese como presidente de la república, porque además la reelección no está contemplada en los Estatutos del partido blanco.

A pesar de los desaciertos del gobierno de Mejía, profundizados en los últimos 2 años de gestión, sin embargo ésta situación no resquebrajó la relación partido-gobierno, dado que Hatuey, siendo presidente del PRD luchó por mantener la armonía entre ambos; hasta el punto que en las elecciones municipales ganaron con un margen arrollador en 29 provincias y 121 municipios, dando solo oportunidad a que San Pedro de Macorís y la Altagracia quedaran en manos del PRSC y el distrito al PLD, lo que no hubiese sido posible sin el apoyo de Hatuey como presidente del partido.

Sin embargo, ese triunfo arrollador perredeísta fue tomado por el PPH como bandera estandarte para tratar de que el gobierno permaneciera en mano de Hipólito Mejía, aunque lo prohibiese la Constitución de la República y que dada la crisis política del 1994 hubo de reformarse para decir nunca jamás, cuando el Dr. Joaquín Balaguer de manera fraudulenta arrebató el triunfo del Dr. Peña Gómez, y que aprovechando la mayoría congresual en el 2004, el PPH adoptó una nueva Reforma Constitucional para favorecer a Hipólito Mejía, la que sólo fue rechazada por una minoría, haciendo posible la repostulación, aunque sus intentos fueron truncados, posibilitando el retorno de Leonel Fernández al poder.

Hatuey, se hizo eco de la doctrina  anti reeleccionista del inmortal del PRD al considerar como mejor tributo al Dr. Peña Gómez, quien siempre luchó por el mantenimiento de la democracia en la República dominicana, y sobre todo a lo interno de su partido, el cual estuvo en la mira de los estudiosos de la sociología política que centraron su atención en los conflictos intestinales del PRD, al aprobarse la reelección en una reforma Constitucional dada el 25 de Julio del 2002.

El propio Mejía sabía de la dificultad y limitación para retener el poder en medio de la crisis económica en momento del estallido y quiebra de los bancos comerciales, una inflación general y la devaluación de la moneda nacional, lo que incrementó su impopularidad de manera estrepitosa, fue entonces cuando De Camps acusó al presidente Mejía de engañar a sus compañeros, é inició una campaña de divulgación de los principios perredeistas mantenido desde la fundación del PRD en la Habana, Cuba en 1939.

Hatuey puso a prueba su formación política, procedente de la Escuela Teórica de la Izquierda Democrática Latinoamericana como discípulo de Rómulo Betancourt, José Figueres y Víctor Raúl Haya de la Torre, pero con su actitud desató la ira en el PRD, también otros desafiaron a Mejía, entre ellos: Milagros Ortíz Bosch, Fello Suberví Bonilla, Ramón Alburquerque, Rafael Abinader, Emmanuel Esquea Guerrero y Rafael Flores Estrella.

Ya el Dr. Peña Gómez, en el año 1979 había conminado a los legisladores perredeistas para que introdujeran un proyecto de Reforma Constitucional, tendente a prohibir la reelección presidencial para contrarrestar el modelo impuesto por el Dr. Joaquín Balaguer y así también evitar una eventual aspiración del presidente Antonio Guzmán Fernández,  por los estragos que trajo al país la larga dictadura trujillista, y por los principios fundamentales del propio PRD.

Fue por ello y tras 60 años de lucha coherente doctrinaria y 25 de la carta que el Dr. Peña Gómez envió a sus legisladores, De Camps se enfrentó contra aquellos que pretendieron quebrajar los principios y preceptos morales del Partido Revolucionario Dominicano.

 También enfrentó al PPH que actuaban desde las oficinas palaciegas, quienes lograron en el 2003 que el Congreso Nacional hiciera una alianza estratégica entre seguidores de Mejía y del Partido Reformista, entonces decidió luchar por la candidatura presidencial y así enfrentar a Hipólito Mejía en su intención reeleccionista.

Pero mejía desafió no solo a De Camps, sino también a todos los precandidatos del PRD, ya que poseía  todos los poderes del gobierno, y el presidente del partido respondió organizando un plebiscito el 19 de Octubre del 2003 que tuvo como resultado 318,817 para un 91% contra 23,448 equivalente a un 7% contra la no reelección, lo que fue rechazado por el PPH, llamando a Fello Suberví y a Milagros Ortiz a unificar criterio, pero no hubo acuerdo y llamaron a la IX Convención Nacional para oficializar la candidatura presidencial de Hipólito Mejía, ignorando el llamado de varios dirigente para que abstuvieran de realizar el evento.

La Convención fue realizada el 16 de Diciembre del 2003 y el Tribunal Constitucional desestimó el plebiscito, por influencia del grupo gubernamental, é Hipólito Mejía, fue proclamado candidato presidencial el 30 de Enero del 2004, dejando a un PRD fragmentado y con el grupo de Hatuey oponiéndose a la misma, ya que la Junta Central Electoral rechazó el plebiscito y las primarias convocadas por los precandidatos anti reeleccionistas: De Camps, Alburquerque,, Abinader padre y Rafael Flores Estrella.

Toda esta historia trajo como consecuencia la expulsión de Hatuey De Camps, cuando el sector Mejía aprovechando su poderío gubernamental y su incidencia en los altos organismos del PRD y su dirigencia, formalizaron la expulsión de De Camps, quienes actuaron como cómplices en contra  del presidente del partido, lo que no fue un factor determinante político para atraer popularidad a Mejía para que este retuviese el poder gubernamental, por el contrario el PRD otrora partido de la esperanza nacional fue también expulsado del Palacio Nacional.

Hipólito Mejía, con su actitud rehabilitó al Dr. Leonel Fernández,  que había sido presidente de la república 1996-2000, quien había hecho un gobierno de despilfarro y de acciones no claras, razón por la cual muchos sectores y la sociedad civil pedían que  fuera llevado a los tribunales para que respondiera por sus hechos, a lo que Mejía se opuso rotundamente.

Fue así que ante los abusos cometido contra el esmerito dirigente perredista Hatuey De Camps Jiménez, y a iniciativa del honorable Director de la Comisión de Efemérides del PRD y ex compañero de infortunio de los años 60, Lic. Fulgencio Espinal, luego de efectuar una evaluación histórica se dio inicio para resarcir el daño causado mediante la expulsión de las filas del partido, ya que el mismo y a pesar de haber creado otra organización política, como lo fue el Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD) no solo dijo seguir siendo un verdadero perredeísta, sino también luchó arduamente por la unidad del PRD en los momentos más cruciales.

La reincorporación del Lic. Hatuey De Camps al seno del PRD, se debió a la línea política en consonancia y coherencia con sus principios ideológicos y programáticos, esta incorporación se hizo al considerar como injusta, ilegal y arbitraria la actitud de los actuantes en su contra a referencia de dicha expulsión, lo que el efecto  de la misma habla en apego con el derecho universal de cada ciudadano, consignado en la Constitución de la República, y ese fue su mérito.

La reincorporación de Hatuey De Camps a las filas del PRD como presidente Ad-Vitam de dicho partido, le permitió que a la hora de su deceso, este muriera en el seno de la organización política a la que se entregó y le vio crecer, con el inconveniente y debido al agravamiento de su estado de salud, no dio lugar a que se efectuara un acto ceremonial para dar formalmente su ingreso al PRD, pero él estuvo consciente.

De acuerdo a lo expuesto por el director de la Comisión de Efemérides Lic. Fulgencio Espinal, dicho reconocimiento se hizo con la finalidad de enaltecer su nombre, previo a la reincorporación al partido y asu designación como presidente Ad-Vitam, título que solo se ha conferido a uno de sus fundadores, Don Ángel Miolán, quien comandó el 5 de Julio de 1961 la Avanzada de la Libertad que llegó desde el exilio a establecer la democracia en el país, a raíz de la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina.

El mismo fue un tributo a su trayectoria democrática, su firmeza de precipicios y a su destacado desempeño como gran perredeísta, que de no haber fallecido tendría la facultad de participar activamente en las sesiones de los organismos superiores del partido, con la facultad también de presidir de manera honorifica las asambleas y reuniones que fuesen convocadas.

Esta decisión fue avalada además del Lic. Fulgencio Espinal, también Doña Peggy Cabral, Lic. Stormy Reynoso, Dr. Julio César Arias Mota, Lic. Apolinar de los Santos, Lic. Ana Odalis Pérez, Lic. Adelfa Mckinney, Lic. Héctor B. Pérez, Lic. Patria Bordas, Lic. Gabriel E. Serrano, Lic. Sebastián del Pilar, Lic. Félix Marmolejos, Dr. L. A. Chico Despradel, Lic. Rafael Aguirre, Ing. Sonia Jiménez, Lic. Celso Cedeño, Ing. Àngel Manzueta, Dr. Fernando Núñez, Lic. Augusto Duarte Camilo, Dr. Héctor Sucre Félix y el Ing. Miguel Vargas Maldonado.

  


Por Olga Capellán.-

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