domingo, 4 de agosto de 2019

WASHINGTON Y EL PLD


Por Miguel SOLANO

Mike Pompeo llamó al presidente Danilo Medina y le obligó a que renunciara a sus pretensiones de modificar la constitución apoyado en la doctrina del “Dos periodos y nunca mas, nunca jamás”. Si no hubiese estado basado en esa doctrina jamás hubiese hecho la llamada. Y si la hace hubiese funcionado como una amenaza secreta, un “te lo advertí”: No la habrían publicado como lo hicieron. Los lobistas pagados por el gobierno dominicano, en Washington, que son muy buenos, hubiesen acabado con él.
Rudy Giuliani, el abogado de Trump y asesor de Luis Abinader, jamás hubiese logrado tanto éxito. Todas sus sonrisas, su venida a Republica Dominicana, su aparición ante la prensa, fueron apoyadas en la doctrina del “Dos periodos y nunca más, nunca jamás”. También, y con mucha inteligencia, se apoyó en el hecho de que el Departamento de Estado no permitirá el que alguien ligado a los contratos de Odebrecht sea candidato y gane las venideras elecciones. Esos dos elementos son las bases y la carta que juegan en Washington. Giuliani, y su grupo, como buenos lobistas, los usan y ganan.  ¡y está muy bien que los hagan! 
Nuestros lobistas, que son costosos y buenos, han estado jugando la carta equivocada y han estado perdiendo, mucho. Primero, siguiendo la orientación del grupo Danilo, pretendieron oponerse a la doctrina del “Dos periodos y nunca más, nunca jamás” y no le fue bien. Segundo, han tratado de ocultar la corrupción de Odebrecht con el estúpido argumento de que “la fiscalía y la procuraduría han estado haciendo su trabajo”. El lobismo así no les resulta y desacredita al asesor: Ellos lo saben, pero cumplieron con los deseos del cliente.
Ahora ha llegado la hora de que el PLD pelee bueno y sabio. Paso la tormenta y se llevó a la bachata reeleccionista. Jugar bueno y sabio es adaptarse a la doctrina del “Dos periodos y nunca más, nunca Jamás”. Y sin cometer error, respetar la decisión de no llevar como candidato a una persona ligada a los contratos de Odebrecht. 
En las redes anduvo un tuirers atribuido a  Mike Pompeo en el que le advierte al ex presidente Leonel Fernández cuán dañino puede ser para la democracia un cuarto periodo presidencial. Los ligados a Leonel se empeñaron en denunciarlo como falso. Y dieron un paso muy falso porque si el tuirers no fue de Pompeo hay que deducir que fue un operativo de la CIA y que lo hicieron para determinar cuál sería su reacción frente a la  doctrina del “Dos periodos y nunca más, nunca jamás”. Y más que nada, para detectar a quienes los leonelistas contactarían en Washington en busca de algún consuelo. Como la gente de Leonel se presta a no respetarla eso ya la identifica como enemiga de Washington, argumento que Giuliani usará a sus anchuras y a sus antojos.
Yendo en contra de las dos, el PLD pretende jugar el estúpido juego de llevar cinco aspirantes presidenciales ligados a Odebrecht. Leonel Fernández, Temo Montas, Reinaldo Pared, Radhames Segura y Gonzalo Castillo. Cualquiera de ellos que resulte como el candidato del PLD, la CIA, la Embajada, el Departamento de Estado y el Departamento de Justicia, aventajado por Giuliani, lo aplastaran como a una cucaracha.
Para jugar con inteligencia el PLD esta obligado a no irse en contra de ninguna de las dos, e ir un poco más lejos: Llevar como candidato a una persona que no esté ligado a la corrupción, que posibilite la unidad interna, que no tenga rechazo entre los verdes y que cuente con el respaldo de Palacio. Mostrarse partidario de la doctrina del “Dos periodos y nunca más, nunca jamás” y mostrarse muy partidario de no llevar como candidato a una persona ligada a los contratos de Odebrecht. Con esas dos, Rudy Giuliani queda neutralizado y nuestros lobistas podrán jugar cartas ganadoras, pues ningún funcionario estadounidense puede irse en contra de la doctrina que rige la vida institucional.
Basados en esas dos, en la reunión del Comité Central, las fuerzas danilistas podrían llamar a Reinaldo Pared y Gonzalo Castillo a que renuncien a sus aspiraciones. Una vez aprobado esto, entonces rechazar la candidatura de Leonel Fernández. Dado ese palo, Leonel no tendría otro camino que respaldar la sabia decisión del Comité Central.
El electorado dominicano vería esa acción como una muestra extraordinaria del muy sabio sentido común, lo asimilaría como una correcta aplicación de El arte de la Guerra y, más importante aún, vería al PLD como una institución lo suficientemente madura como para controlar el apetito desenfrenado de sus líderes. El PLD quedará posicionado como la fuerza institucional mas poderosa de América y ante el mundo como un ejemplo que dignifica la vida y obra de Juan Bosch. Y ni usted ni yo le negaría el voto a un partido así.

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