jueves, 23 de abril de 2020

La sobre actuación


EDITORIAL
La sobre actuación es mala, no importa de qué sector venga, sobre todo cuando se trata de asuntos que tiene que ver con la subordinación y subordinados.
Ahora que la República Dominicana se encuentra en medio de una pandemia, como al igual se encuentra todo el mundo, se hace necesario actuar comedidamente, pues en todos los casos los actores participantes deben actuar al unísono con la situación.
El Toque de Queda decretado en el país con motivo del coronavirus o Covid-19 juega un papel preponderante para salvaguardar la vida, sin embargo ha habido fallas que deberían ser corregidas para que el mismo se lleve a cabo con éxito, cosa que no ha sido tomado en cuenta por las autoridades competentes, tampoco por algunos ciudadanos por desobediencia o porque en medio de la situación propia que viven ciertos sectores de la población, para muchos se hace casi imposible cumplir con dicho decreto; pero para estos no hay flexibilidad.
Es cierto que en el país existen personas que no se acogen a reglas algunas, pero también no es menos cierto que muchos dominicanos carecen de medios de vida, y por lo tanto se ven obligados salir a las calles en busca del sustento familiar.
Esta situación no solo es propia en la República Dominicana, pues muchos ciudadanos alrededor del mundo viven en la indigencia sin que los gobiernos asistan a estas personas para facilitar un medio de vida seguro, sobre todo para la adquisición de un techo donde cobijarse, y de igual manera proveerles de las necesidades perentorias, porque a los diversos gobiernos solo es de mayor interés las recaudaciones financieras para sostener el país y el ego de los políticos como clase dominante.
Retomando el caso específicamente de la República Dominicana, a raíz de presentarse el brote del coronavirus, fue anunciado un programa de solidaridad que debía auxiliar y abastecer a la ciudadanía de sus principales necesidades, en este caso que solo ha sido alimenticio, porque a principio hasta las pruebas que debían y deben hacerse a los ciudadanos afectados por el Covid-19 se les estaban cobrando por las mismas, aunque luego hubo un cambio que no ha dejado satisfecha a la población.
Para todo estos se están utilizando fondos vengan de donde vengan, prestamos y más empréstitos con la finalidad de abastecer con los insumos necesarios, y el resultado ya ha sido visto grandemente, las sobrevaluaciones de los precios en diversos organismos del Estado, porque del mismo cada quien que maneja fondos considera que debe sacar su buena tajada.
Mientras tantos, el programa solidaridad no ha sido manejado correctamente, porque no se ha aplicado de una manera equitativa a la clase necesitada, ya que son miles de ciudadanos que no tienen alcance a una ayuda solidaria, porque aunque no tienen fuentes de ingresos económicos para cubrir sus necesidades durante la cuarentena, las denuncias llueven a la orden del día, y a los barrio no se presentan los responsables de dicho programa con la finalidad de hacer efectiva la ayuda para que todos aquellos que realmente las necesiten tengan acceso a la misma, sin que este sea un programa vía internet (que muchos dominicanos ni siquiera conocen) sea quien evalúe el status ciudadano y determine si este califica o no.
La falta del cumplimiento total de dicho Toque de Queda por parte de miles de ciudadanos, y la aplicación de un método represivo de ciertas autoridades contra personas que solo buscan el pan familiar, y que no fueron tomados en cuenta en las evaluaciones del programa solidaridad, cuando en el país existen personas enfermas abandonadas a la suerte de una mano amiga hasta para la adquisición de las medicinas, con estas y otras razones no hay posibilidad que la orden de quédate en casa se cumpla a cabalidad.
El hacinamientos de personas detenidas por no cumplir dicho decreto, solo tiende a agravar el contagio del coronavirus, como si no fuese suficiente con los contagios en las cárceles del país, especialmente en la Victoria, donde ya se han contabilizado unas cuatro muertes y más de 50 presidiarios infectados.
 

CORONA VIRUS 4, MULTAS


Por Martín Rosario

Ávila, España: si hacemos un análisis, del cambio de nuestras vidas en esta época de cuarentena, podemos ver que son muchos los que han ocurrido, la mayoría son beneficiosos en cuanto a la convivencia familiar, es cierto, que la gran mayoría de las familias, han tenido un acercamiento como hacía mucho que no lo tenían, una gran parte también ha aprendido a realizar labores que nunca se había imaginado hacer en su casa, muchos han cocinado y contribuido a las acciones de la limpieza del hogar, otros han organizado sesiones de ejercicios, los menos han leído libros, una buena parte se ha llevado la oficina a la casa, lo hijos que están en escuelas, colegios y universidades han cambiado totalmente la forma de recibir sus clases, ya que lo hacen a través de plataformas que los centros escolares han instalado para eso, y muchas cosas más, cada quien tiene su propia realidad.
Otros sin embargo, se han sentido incomodos con este confinamiento, se han puesto agresivos y poco tolerantes, se han revelado ante las reglas que han impuesto las autoridades de los países, no se sienten felices, algunos que trabajan en negro, no tienen la forma de obtener recursos y esto les preocupa, otros no han podido acceder a las ayudas que ha propuesto el gobierno a los trabajadores, empresas y autónomos, ya sea por que no cumplen los requisitos o porque no saben como tramitarlos, estas cosas hacen que se sientan decepcionados con la situación, que es normal que les abrume.
A pesar de todo, la población esta llevando esto de una forma que hay que aplaudir, sí, aplaudir como aplaudimos a los sanitarios o a las fuerzas de seguridad o a los empleados llamados esenciales, que a propósito, estos aplausos son parte de las actividades que hacemos y que nos ayudan a sobrellevar estos momentos.
Al ser una situación anormal la que tenemos: no vamos a trabajar, no vamos a los centros educativos, no salimos a los bares, no hacemos actividades deportivas; el gobierno sabedor de que es una situación problemática, y que también tiene que tratar por todos los medios de contener la infección del virus en la población, ha dictado unas normas que son las que nos permiten salir a las calles, siempre que cumplamos las normas de seguridad establecidas, y es así como podemos: ir al supermercado, ir a las farmacias, ir a los centros de salud, ir a los bancos, salir a pasear lo perros, entre otras, todo esto con las debidas facturas de compra o justificante de que ha estado en el médico o el banco.
Buscando que se pueda lograr el objetivo de que estemos en nuestras casas, se ha creado un sistema de vigilancia a cargo de los diferentes estamentos policiales (local y nacional) y militares (ejercito, UME, guardia civil), que son también los encargados de poner las multas a quien viole las normas.
Las multas establecidas son las siguientes:
  1. Desplazamiento no autorizado: 600,00 euros
  2. Desplazamiento no autorizado y acompañado: 1.500,00 euros
  3. Resistencia o amenazas a los agentes: 10.400,00 euros
  4. Fiestas y celebraciones: 10.400,00 euros
A pesar de todo esto, hay un 1,35% de la población que se ha saltado las normas, tratando de escabullirse y pensando que no les van a pillar in-fraganti, y es así como tenemos que los agentes han puesto una sanción cada seis segundos y se han puesto mas de 635 mil multas, con la salvedad de que hay muchas de esas sanciones que le han sido adjudicadas a las mismas personas, llamando la atención entre estos, uno que ya tiene mas de 700 multas .
Muchos, han preparado formas para tratar de burlar las autoridades, algunas hasta graciosas como: pasear un perro de juguete, algunos se han vestido de árbol, otros han salido a comprar al supermercado de otro pueblo o ir a la farmacia que está al otro lado de la ciudad; el ingenio del ser humano está en un buen momento.
Mi recomendación, es que esperemos lo poco que falta, y que cumplamos las ordenes establecidas, sabemos que son por nuestro bien y el de la comunidad, y que estemos conscientes de que esto: unidos lo paramos y que por eso debemos quedarnos en casa.