lunes, 28 de diciembre de 2020

 

Negarse a que no fuese una ejecución no vale la pena

 


EDITORIAL

 

La ejecución del Teniente Coronel de la Fuerza Aérea de la República Dominicana, piloto Ramón Israel Rodríguez Cruz, da mucho en que pensar, ya que las versiones dadas por los ejecutores no son convencedoras, por el contrario se prestan a la especulación de la mente floreciente de cualquier ciudadano, por más sencillo que sea.

Según las imágenes difundidas a través de las redes sociales estas dictan que la víctima se encontraba de espalda y a pesar de que los ejecutores alegan maniobras del difunto con un arma de fuego de gran alcance, esta aunque aparece en la escena no estuvo claro el momento de su uso, pero no un confuso momento, y además su revólver a la hora de su muerte estaba ceñida en su cinto, lo que demuestra una verdadera ejecución.

¿Cuál es el motivo de la ejecución del piloto Rodríguez Cruz en Guatapanal, provincia de Mao Valverde, dicha ejecución fue solo una, pero las interrogantes son muchas, y no es para menos?

En este caso se vislumbra un manto de misterios, pues al parecer estos criminales policías estaban detrás de él, lo que significa la existencia de un plan para su eliminación, de lo contrario: ¿Por qué esos asesinos vigilaban su residencia?, ¿Acaso era él un objetivo al que había que silenciar por algunas razones que se desconocen?, ¿Acaso estaba él metido en un brollo de esos que se han hecho habituales en los últimos tiempos en este país?

Esto solo será posible con una exhaustiva investigación por parte de las autoridades competentes, seria y neutral, que dé al traste con la verdad, ya que no se trata de tan solo dos gatillos alegres enganchados a policías, y que casualmente quitaron la vida a un militar de alto rango, en momento que las autoridades del país habían aconsejado a los agentes del orden a no hacer uso de la violencia contra ciudadanos, solo en casos extremos, pero Ramón Israel Rodríguez Cruz, no era un ciudadano común, sino un militar de alto rango a quien no solo se le debió guardar respeto, sino también preservar su vida, a menos que estos gatillos alegres tuviesen órdenes precisas de quitar del medio, a un hombre que podría haber tenido la llave de una caja de pandoras en sus manos, y así ocultar un hecho que de una manera u otra las autoridades deben resolver.

No solo la fiscalía, y el ministerio público  provincial de Mao deben actuar en este caso, sino que se trata de un asunto de mayor envergadura al que la Procuraduría General de la República ya debería tener en su mano, para despejar todo tipo de dudas, y al mismo tiempo hacer justicia dando un castigo ejemplar a los asesinos del Teniente Coronel de la Fuerza Aérea Dominicana, piloto Ramón Israel Rodríguez Cruz.

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