jueves, 15 de abril de 2021

 

Jack Veneno: el campeón de la bolita del mundo

Llegamos temprano. No había tanta gente. El estudio lucía como en la televisión: el cuadrilátero en el centro; al fondo, la mesa de los comentaristas… luces, cámaras y… ¡militares!

Los nervios me tenían de pie. Con las manos sobre la barandilla, alargaba la cabeza, rebuscando por los camerinos. ¡Nada!

El cruceteo me molestaba… gente llegando, colmaba el lugar. ¡Por suerte, llegamos temprano! ¡Teníamos los asientos de alante!

Cruto dijo: -¡mira… ahí está Silvio Paulino!

Flaco, elegante… con garbo. El cigarrillo se le terminó; pisó la colilla, al momento que, con la mano, pidió el micrófono.

-Uno… uno… dos… (tup, tup).

Todo estaba listo. Sonó el glorioso Himno Nacional. Recordé al campeón, mirando al cielo, frente a Ric Flair. ¡Sonreí!

Alberto Tamárez anunciaba las personalidades de siempre: doctores, empresarios, señoras…

¡Por fin, la primera lucha! ¡El Espartaco no paraba de causar sobresaltos! Saltó por encima de la tercera cuerda; planchó al oponente; saltó de nuevo… ¡Era increíble!

Los vi a todos: ¡más impresionantes que, por televisión!

-¡Ahí vienen los tanques!- Tronaba Silvio Paulino.

Salieron los morenos. ¡Los Broncos!

-¡Abran paso!

Mi corazón estaba lejos. Sólo sé que grité como nunca: Los Broncos eran el pretexto por el que, mamá me daba la medicina, con ese terrible sabor a hierro. Se acercaron. Cruto me cargó, para que les diera la mano. El Bronco número uno, tomó mis manos; me tocó la cabeza.

¡Pum! Sonó un estallido. El Bronco se quejó.

De repenre, dos desalmados golpeaban sin compasión a mis ídolos enmascarados. Empecé a llorar. Tenía miedo.

Les sacaron chispa a Los Broncos en frente mío. El árbitro señalaba un cinco con las manos… gritando el número también. Silvio no paraba de narrar lo que sucedía.

¡Rompieron las máscaras de Los Broncos! La sangre chorreaba, como las lágrimas de mis ojos. Salieron más luchadores rudos. Masacraban a “Los Tanques”…

Vi un hombre, vistiendo ropa deportiva, corriendo hacia el escenario. Tenía barba. Trajo en su mano algo blanco que, al golpear a los rudos, los hacía saltar por los aires.

-¡Ha salido Jack Veneno!- Apuntó Silvio Paulino.

Jack Veneno se unió a la pelea. Limpió la casa; ¡echó a los perros del patio! Todos corrieron, como si vieran al mismísimo…

En el micrófono, jadeaba. Golpeó la mesa con el puño; desafió a los rudos… juró que se vengaría, ¡por su madre, Doña Tatica!

Llegó el momento. Relámpago Hernández salió, acompañado por Thunderman, “La mano derecha del Diablo”. Se me acercó. La voz surgía como trueno. Cerré los ojos. Sentí cosas volar sobre mi cabeza. Malas palabras, insultos… ¡Toda una locura!

En el cuadrilátero, Relámpago se reía. Su risa era macabra. ¡Dijo que todos éramos unos mequetrefes!

-¡Vámonos, Cruto!- dije.

Cruto me cargó en sus hombros. ¡Ahí estaba! ¡Era él! ¡Jaaaaaack Veeeneeenooo!…

Lo vi lucirse. Vestía la trusa amarilla, con el típico tiro de un solo hombro. Traía el puño vendado. Con él, el Caballero Negro, escoltaba los pasos. La música típica se escuchaba descender desde el cielo.

-¡Oigan la algarabía!- reafirmó Silvio.

Veneno comenzó, lanzando sus mejores golpes. La batalla fue feroz. Entre sus piernas, la cabeza de Relámpago, se estrelló en la lona. ¡Salieron los rudos! ¡Entraron los técnicos! Vi una revuelta sin igual.

Relámpago huyó por los asientos del público… Se detuvo a mi lado. Empujó a Cruto… ¡yo, lloraba!

Jack Veneno saltó la barandilla. Golpeó de nuevo la cabeza de Relámpago. ¡Vi la sangre salpicar! A lo lejos, Relámpago corría como una gallina… maldiciendo… ¡refunfuñando!

Veneno tocó mi cabeza. Cruto le alzó el brazo. La gente lo arropaba.

Sentí cómo se iba el miedo. Sonreí porque, mi héroe estaba tan cerca de mi, como yo, del cielo. Era tan real, como humano… un humano hecho de concreto, de acero del duro, tal como le escuché decir.

Celebró con sus luchadores… ¡Los buenos de siempre! Se perdieron en la oscuridad del camerino… de la cuadra técnica…

Cruto tocó mi cabeza… me cargó en sus hombros… ¡saltó de alegría!

Ese era el campeón. Mi campeón. ¡Mi héroe!

____Homenaje a un titán____
Rafael “Jack Veneno” Sánchez, (1942-2021)

¡Descansa en paz, Campeón!

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