La población sin techo en Brasil aumentó casi 10 veces en la última década, saltando de 21 934 personas en 2013 a 227 087 este año, informó el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien lanzó un plan de 178 millones de dólares en beneficio de las personas sin hogar.
En un acto en el Palacio del Planalto, en Brasilia, el presidente Lula firmó un decreto que incluye una normativa que impide a los intendentes utilizar construcciones en los espacios públicos de las ciudades destinadas a alejar a sin techo, ancianos, jóvenes y personas con discapacidades.
El decreto, llamado Ley Padre Julio Lancelotti, en homenaje al cura católico que lidera la Pastoral de las Personas en Situación de Calle de San Pablo, forma parte de un programa más integral, denominado Plan Calles Visibles.
El plan está estructurado para promover la implementación de la Política Nacional para la Población sin Hogar, con una inversión de 178 millones de dólares y se lanzó como parte de las celebraciones por el 75º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
«Estas políticas públicas que aquí lanzamos vienen a cambiar la vida de estas personas, no hay nada más degradante que no tener un lugar donde vivir. Hay madres que tienen a sus hijos viviendo en la calle y si esta situación existe es culpa del Estado», sostuvo Lula.
La crisis de las personas en situación de calle en Brasil creció 953.31% de 2013 a 2023, durante los gobiernos de Dilma Rousseff (2011-2016), Michel Temer (2016-2018) y Jair Bolsonaro (2019-2022), según un informe del gubernamental Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA).
«Los problemas familiares o de pareja fueron citados como motivo para abandonar el hogar por el 47.3% de las personas sin hogar. El desempleo fue mencionado por el 40.5%, mientras que el alcoholismo y el abuso de otras drogas fueron mencionados por el 30.4%. La pérdida de vivienda fue citada por el 26.1%», dice el informe, al que accedió Télam.
El análisis muestra que el 60% de las personas sin hogar no vive en la ciudad en la que nació y que en general los sin techo se desplazan desde la periferia hacia los centros metropolitanos.
En el acto en el Palacio del Planalto, Lula sugirió a los movimientos sociales y al cura Lancelotti «no parar de reclamarle al gobierrno» la defensa de sus derechos.
El presidente también incluyó el asuntos sobre el derecho a la vivienda y la atención a personas en situación de calle dentro del panorama electoral para las elecciones municipales de octubre de 2024.
«Ya sabemos que hay gente capaz de cancelar todas las políticas públicas, que piensa que atender a los pobres es un agresión. O nos damos cuenta de la importancia del proceso democrático en una ciudad, en un país, o siempre estaremos obligando a nuestros rivales a hacer las cosas que creemos que harán, pero que nunca harán y todos aquí ya tienen experiencia», declaró.
Lula pidió a los movimientos sociales diferenciar a los candidatos que defienden una agenda social para ayudar a la población de calle.
«El año que viene habrá elecciones y para nosotros es importante saber si los candidatos están preocupados por los barrios ricos o por ustedes, viviendo en una situación de riesgo, a orillas de un arroyo, de una ladera», aseguró el mandatario.
El acto contó con el apoyo del juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (TSF) e instructor de la causa de intento de golpe de Estado del 8 de enero pasado y de procesos contra Bolsonaro, por haber sido el autor de un fallo contra la arquitectura hostil utilizada contra los sin techo en las ciudades.
El cura Lancelotti, quien fue una de las personalidades más activas durante la pandemia para proteger a los sin techo en el centro de San Pablo, habló en el acto y afirmó que desde que Lula regresó a la presidencia el 1 de enero «los excluidos y miserables volvieron a poder entrar al Palacio».
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