Con muchísima pena, por la condición de periodista profesional, deseo formular algunas precisiones ante una grosera manipulación sobre mis afirmaciones en la extensa entrevista que concedí el domingo al programa SherisProducción (809 Radio) que se difunde también por canales y redes de internet desde Madrid, donde ejerzo como Embajador de la República.
1.- Es vergonzoso que de una entrevista que duró una hora y 49 minutos, se entresacara una afirmación de apenas 10 segundos, donde decía que “el día que empiecen a designar perremeístas en la Embajada recojo y me voy”, para difundirlafuera del contexto de la conversación. Cuando la frase tenía explicación en gran parte de lo dicho anteriormente.
2.- Acepté participar en la entrevista dominical del programa porque querían conversar sobre el “proyecto de Intervención Integral e Interdisciplinar con Jóvenes para la Prevención de la Violencia”, que ha comenzado a difundirse porque se ha socializado con personalidades y dirigentes de las organizaciones políticas y sociales dominicanas en Madrid, sin cuyo concurso en los barrios sería muy difícil ejecutarlo. En efecto los primeros 33 minutos conversamos con los dos conductores del programa sobre el proyecto, resaltando que se escandaliza mucho con dos bandas juveniles lideradas por domínico-españoles, en gran proporción adolescentes, a los que debe tenderse un puente.
3.- De inmediato comenzó una lluvia de quejas de los conductores y de la audiencia frente al Presidente de la República y su Gobierno, y especialmente por la gestión de Relaciones Exteriores, porque no han nombrado en los cargos diplomáticos y consulares a “muchos de los perremeistas que se fajaron en el exterior para llevar el partido al poder”. Se recurrió al argumento de que muchos peledeístas siguen en los cargos y hasta se llegó a afirmar que el presidente gobierna con el PLD, que “tiene buena química con los peledeístas”; que la Cancillería dominicana es “un botín de amigos”, que “se la pueden llevar para su casa o para la sociedad civil”.
4.- Con la paciencia con que he escuchado quejas semejantes a lo largo del año que llevo de embajador, comencé por explicar los fundamentos de la política exterior del actual gobierno, el esfuerzo de profesionalización del servicio exterior, no por capricho del Presidente o del Canciller, sino porque obedece a un programa previamente elaborado y presentado en la campaña electoral, nacido de la convicción de que había un gran desorden y derroche. Detallé como se habían saneado las nóminas en España, donde la embajada tenía 42 personas en nómina, gran parte auténticas botellas que no estaban acreditados por las autoridades españolas, 5 de los cuales ni siquiera llegaron a la sede; que dejaron a 12 que trabajaban, que no son militantes políticos, y que la mitad de ellos fueron trasladados porque llevaban mucho tiempo en la misión, contrario a las normas diplomáticas. Informé también que en el Consulado en Madrid había 50 personas designadas y, por igual, la mayoría no trabajaba; que era incierto que ahora se estuvieran nombrando familiares o relacionados.
5.- Repetí varias veces que entendía las inconformidades, sobre todo de personas meritorias con legítimo derecho a aspirar a un empleo público; que dentro del país también los había por millares y en todas las provincias, políticos y profesionales con méritos. Pero que el presupuesto no alcanzaba para volver a duplicar la nómina pública como hizo el PLD a costa de duplicar la deuda estatal. Que ahora se privilegia crear empleos productivos y oportunidades. Recordé que en su reciente visita a Madrid el Presidente Abinader respondió un cuestionamiento al respecto, indicando que encabezaba un Gobierno que prometió un cambio, y no iba a repetir lo mismo que antes criticaba. Enfaticé que el PLD creó empleos al por mayor pretendiendo eternizarse en el poder, pero que por eso y muchas otras cosas fue sacado del poder, por una coalición política y social que planteó un cambio.
6.- También me empeñé en recordar la difícil situación en que comenzó el Gobierno y cómo Abinader había tenido que trabajar, hasta excesivamente, y traté de derivar la conversación hacia los logros institucionales, en el ministerio público, con el combate a la corrupción y promoción de la transparencia, con una docena de funcionarios propios cancelados en el primer año, también en la despartidización de órganos estatales fundamentales, en la recuperación del empleo y del turismo, crecimiento económico sobre 12%, combatiendo la pandemia. Expliqué los factores determinantes de la inflación que sufre la sociedad. Pero a eso no se le daba importancia y las quejas persistían.
7.- Consideré desproporcionado decir que el Presidente gobierna con el PLD, que los peledeístas siguen en los cargos o que estuvieran siendo designados. Aunque advertí que el poder del Estado no es un botín, y que en ningún organismo se podía destituir a todos los designados por gobiernos anteriores. Lo que sí sostuve es que en los cargos de la Embajada y los consulados en España no quedan militantes peledeístas.
8.- En cuanto a mi actitud personal, advertí que no traje ningún familiar ni relacionado a la Embajada en España y quela única recomendada que ha sido designada es una profesional de larga experiencia que incluso tenía rango de Embajadora Honorifica. Que escribí numerosos artículos denunciando que el país tenía un mayúsculo desorden en el servicio exterior, cargado de botellas; que cuando el Presidente me ofreció el cargo le dije que no podría encabezar una Embajada con gente que no trabajaba, y que él me respondió que el servicio exterior sería profesionalizado. Que en la embajada no cabían más funcionarios ni los necesitábamos, que sólo hay 13 escritorios. Fue en ese contexto que dije que yo no había reclamado ese ni ningún otro cargo, aunque también había trabajado arduamente por el cambio desde la coalición social que lo apoyó; y que si comenzaban a designar perremeístas (repitiendo las botellas), yo recogía y me iba, que en la recta final de la vida no iba a transigir aprobando lo contrario de lo que he profesado. Es claro que me refería a botellas en la embajada, porque ya había dicho que entre los nuevos designados sí hay una militante del PRM, pero que era ya profesional con ejercicio en la Cancillería.
9.- He reafirmado que no tengo militancia partidista, aunque nunca estigmatizo a los políticos, que como en el resto de la sociedad, los hay buenos y malos. Los dirigentes del PRM en Madrid son testigos del respeto y las consideraciones con que los he tratado, y les agradezco la deferencia que me han brindado. Conozco a muchos designados en consulados, en Madrid y en Europa, en el Instituto para los Dominicanos y Dominicanas en el Exterior, INDEX. Con estos estamos coordinando los esfuerzos para cumplir el primer mandato de la política exterior del actual Gobierno, que es promover y defender los dominicanos y dominicanas en el exterior.
10.- Aprovecho para reiterar lo que tantas veces he expresado a los dirigentes políticos y sociales dominicanos en España: que deben aceptar que los residentes locales, y más los de doble nacionalidad, no son acreditados por las autoridades españolas y que el Gobierno Dominicano decidió profesionalizar el servicio exterior, y limitar el número de funcionarios, en nuestro caso a 13, incluyendo al embajador.-
Juan Bolívar Díaz
Embajador de la República Dominicana ante el Reino de España