Mi opinión
Olga Capellán
El Ing. Miguel Vargas Maldonado, presidente del
Partido Revolucionario Dominicano (PRD) quizás no ha sido el más perfecto de
todos los políticos del país, pero convencida de sus acciones de los últimos
tiempos con ellas demostró ser un gran estratega político, artífice del pacto
de la gobernabilidad por un gobierno compartido.
Es por ello que el Ing. Vargas Maldonado debería ser
altamente recompensado por el presidente de la república, Lic. Danilo Medina,
en aras de llevar a cabo un gobierno verdaderamente de unidad nacional, ya que
él y su partido (PRD) merecen algo más que los 10 cheles ofrecido por el Dr.
Euclides Gutiérrez, a cambio del apoyo dado por esta organización política en
el Congreso Nacional para facilitar la reelección del primer mandatario y su
Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y por reconocimiento al pacto
electoral.
Miguel Vargas Maldonado, sacrificó sus aspiraciones y con ella su
posibilidad de llegar a la presidencia de la república, tomando en cuenta que
el PRD siempre ha sido el partido mayormente votado en todas las contiendas
electorales desde su existencia y que a
pesar de la recién división, sigue siendo el partido de la esperanza nacional.
Nadie como el presidente del PRD en este país
(República Dominicana) ha sido objetivo y víctima de las intrigas de otros
políticos, sin nortes ni horizontes, quienes algunos de ellos han disfrutados
de los puestos más relevantes de la nación, pero que gracias a sus malas hazañas
perdieron el encanto y al mismo tiempo la simpatía del electorado dominicano.
Como visionario de la situación, el Ing. Vargas
Maldonado ha sabido encaminar a su organización, al partido del Dr. José
Francisco Peña Gómez, por un camino, que aunque mucho consideran no ha sido el
mejor, pero si se mira desde un punto de vista objetivo, con su pacto de
alianza con el presidente Danilo Medina, el está devolviendo a muchos
perredeistas la oportunidad de regresar al mundo productivo laboral, tan
necesario para el sostenimiento familiar, siendo esta una de las prerrogativas que
le asiste a todos los ciudadanos, no importa de cual país del mundo estos
provengan.
Por su acción el presidente del Partido Revolucionario
Dominicano ha recibido las más duras críticas de parte de los inconformes
compañeros de partido, sobre todo de aquellos que no entienden que en política
muchas veces se está arriba, como abajo y que desde abajo cada uno tiene que
luchar para llegar arriba, es decir: de aquellos políticos que no saben nada de
política.
En política todo tiene su lógica, y no es fortuito que
muchos dirigentes perredeistas que habían abandonado las filas del partido
blanco, tras el pacto de la gobernabilidad firmado entre el Ing. Miguel Vargas
Maldonado y el presidente de la república, Lic. Danilo Medina, están haciendo
una estampida de regreso al PRD, luego de entender el grave error cometido al
irse a otra organización que acababa de nacer sin pies ni cabeza, los que emprendieron
una aventurera carrera política al lado de quienes propiciaron la funesta
división partidista, y con ello evitar el retorno del PRD al poder.
Por su lealtad y firmeza al pacto por un gobierno
compartido, el presidente Danilo Medina, debe no hacer caso a la propuesta de
los 10 cheles hecha por Euclides Gutiérrez Féliz al PRD, en cambio ofrendar la
vice presidencia al Ing. Miguel Vargas Maldonado, ya que este ha demostrado
estar vigilante al cumplimiento del pacto de la gobernabilidad nacional, con
dedicación mayor que muchos de los diversos sectores que pululan en el propio
Partido de la Liberación Dominicana.
La vicepresidencia de la república para Vargas
Maldonado, debe pasar de un simple rumor a una realidad, y así concretizar el
pacto, dada la situación, el presidente del PRD sacrificó sus aspiraciones
presidenciales para apoyar la reelección del Lic. Medina, y esto traería
confianza a la militancia perredeísta para lograr mayor participación de la
misma en los comicios a celebrarse el próximo día 15 de Mayo del 2016; y además
el mismo sería una especie de reconocimiento al sacrificio hecho, al renunciar
a sus aspiraciones, lo que no hizo por otros compañeros de su partido.
Quien suscribe es periodista
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