Johnny Sanchez
- Eres candidato reelelecionista a Diputado, Alcalde, a Senador, o a Presidente.
- Tu candidatura tiene muchos respaldos y apoyos.
- La gente tiene razones para votarte, pero también tiene objeciones.
- Siempre. No importa lo bueno que seas. Siempre hay objeciones.
Así es la política. Tal vez la vida.
Cómo NO manejar las objeciones:
Hay 2 errores principales que se suelen cometer en campaña electoral con respecto a las objeciones.
1. El primer error consiste en ignorarlas.
2. Y el segundo en atacar a quien objeta.
¿Por qué es un error ignorar las objeciones?
Porque de todos modos existen. Están presentes en la cabeza de muchos votantes. Se comentan en todas partes. Son parte de la realidad.
Siempre se puede esconder la cabeza bajo la tierra. O mirar para otro lado. Hacer como que no existen.
Pero será tarea vana porque las objeciones seguirán allí. Seguirán jugando su papel en contra de tu candidatura. Y tendrán más fuerza cuanto más pretendas silenciarlas y ocultarlas.
¿Por qué es un error atacar a quien plantea objeciones?
Porque el problema real son las objeciones mismas, no las personas que las plantean.
Atacar a las personas es simplemente dejar vivas las objeciones. Sencillamente no logras nada por ese camino.
Las objeciones son obstáculos. Graba esta idea en tú mente.
Las objeciones son obstáculos. Y los obstáculos hay que removerlos para poder seguir adelante.
Pero vale una precisión. No son obstáculos en tu camino. Son obstáculos dentro del cerebro del votante. Obstáculos que le impiden votarte. Se lo impiden a él, a ella, al votante.
Cuando no hay ninguna objeción, posiblemente el votante ni siquiera te tenga en cuenta. Posiblemente no existas para él o ella. Y es bastante probable que no te vote.
Parece paradójico, pero la objeción cero está más lejos del voto que la presencia de objeciones.
Si el votante tiene objeciones respecto a tu candidatura, pues entonces sí que existes para él o ella.
Sí que está pensando en tu candidatura.
Si que está más cerca del voto. Pero algo lo frena, lo detiene. La objeción.
Conclusión: tienes que ayudar al votante a destruir sus objeciones.
Así de simple. No ignorarlas. No atacarlo a él. Ayudarle a eliminar sus objeciones.
Destruir las objeciones una por una.
No tengas miedo a incluir las objeciones a tu candidatura dentro de tu campaña electoral. Es más: tómalo como parte sustancial de la campaña.
¿Cómo hacerlo?
• Identifica las 3 o 4 objeciones principales que la gente tiene respecto a tu candidatura. Ponlas por escrito con objetividad.
Una sola frase para cada objeción.• Dedica un buen tiempo a analizar cada objeción y a buscar un modo simple y claro de contrarrestarla.• El modo será, en algunos casos, la demostración contundente de que la objeción se basa en hechos que no son reales.
• En otros casos el modo será la demostración de que lo señalado por la objeción, siendo cierto, no es una debilidad sino una fortaleza. Y explicar por que.
• Escribe cómo contrarrestar cada objeción. Una sola frase para cada objeción.
• Incluye esas frases que contrarrestan las objeciones en tu comunicación electoral. Que aparezcan en los discursos, en las entrevistas de radio y televisión, en los impresos y en la publicidad.
La campaña electoral debe quitar obstáculos.
La persona que tiene objeciones hacia tu candidatura puede estar más cerca de votarte de lo que imaginas.
Si le das argumentos sólidos, firmes, claros y creíbles que desarticulen esas objeciones, entonces los obstáculos y las dudas comienzan a quedar de lado.
Recuerda: un argumento para cada objeción. Más es menos. Menos efectivo. Menos útil. Y si un argumento cala en el cerebro del votante y destruye sus dudas, pues ese mismo votante será el principal difusor de ese argumento caza- objeciones.
Es que una campaña electoral, en definitiva, trata acerca de eso: Las objeciones.
La derrota es la ley general de la política. Adaptación de mi maestro en política
johnsanchez44@hotmail.com
JPM