Ha arrancado uno de los mayores juicios por tráfico de drogas de la historia de Bélgica, con más de 120 acusados en el banquillo gracias, en gran parte, a que los investigadores descifraron aplicaciones de mensajería encriptadas.
Los sospechosos de Bélgica, Albania, Colombia y del norte de África han sido acusados de participar en una gran operación criminal y se enfrentan ahora a la justicia en las audiencias celebradas en una sala de alta seguridad en la antigua sede de la OTAN en Bruselas.
Numerosas bandas criminales
La supuesta red multinacional de contrabando de drogas, activa desde 2017 hasta finales de 2022, involucraba a numerosas bandas criminales y fue desmantelada tras redadas policiales en Bélgica, Alemania e Italia.
Los fiscales dicen que la cocaína y el cannabis fueron transportados en contenedores desde América del Sur y Marruecos y contrabandeados a través de puertos de Bélgica, Países Bajos, Alemania y Francia antes de ser vendidos en toda Europa.
El caso se basa, en gran parte, en pruebas descubiertas después de que investigadores de Bélgica, Francia y Países Bajos descifraran las aplicaciones encriptadas Sky ECC y Encrochat, comúnmente utilizadas por los delincuentes.
Más de 1000 condenas
Al entrar en las aplicaciones, la Policía pudo examinar la planificación y operación de la red criminal. El ministro de Justicia de Bélgica, Paul Van Tigchelt, dijo que ya se han logrado más de 1000 condenas penales en casos resultantes de pruebas de aplicaciones encriptadas.
Bélgica tiene el gigantesco puerto de Amberes, que se ha convertido en la principal puerta de entrada para el contrabando de cocaína a Europa. «Está claro que estamos asestando golpes muy duros al crimen organizado en nuestro país», afirmó Van Tigchelt antes del juicio.
‘Truco publicitario’
Los sospechosos en el juicio se enfrentan a una serie de cargos que incluyen delitos de drogas, tráfico de armas y pertenencia a una organización criminal.
En total, 124 personas serán juzgadas, pero algunas de ellas siguen prófugas y serán juzgadas en rebeldía. La mayoría, sin embargo, se encuentra bajo custodia belga. El presunto cabecilla de la red es un ciudadano albanés.
Los fiscales dicen que había una «estructura y jerarquía» entre los distintos grupos criminales involucrados y claros vínculos comerciales ilegales. Los sospechosos están acusados, en particular, de haber gestionado conjuntamente laboratorios de procesamiento de cocaína descubiertos en Bélgica.
Se espera que el juicio dure varios meses y no se espera una sentencia hasta mediados de 2024. Sin embargo, los abogados defensores se han quejado de que el extenso caso debería haberse dividido y los sospechosos juzgados por separado.
Las autoridades «intentan imitar los megajuicios de la mafia italiana, es una especie de truco publicitario«, afirmó Guillaume Lys, abogado de uno de los acusados.
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