Cinco personas murieron y una más se encuentra en estado grave tras ser víctimas del impacto de dos cohetes lanzados por el grupo chií Hizbulá desde Líbano este jueves contra la ciudad de Metula, en el norte de Israel, según informó la cadena 12 de la televisión local. El medio recogió que los fallecidos eran cuatro trabajadores tailandeses y uno israelí, que trabajaban en el campo a unos 100 metros de la divisoria con Líbano.
Según el diario israelí Haaretz, las fuerzas armadas les habían permitido entrar en el área a pesar de tratarse de una zona militar cerrada, dado no sólo el constante intercambio de fuego con el grupo proiraní sobre la frontera, sino también las incursiones terrestres del Ejército israelí en el sur de Líbano. En total, dos proyectiles impactaron en el lugar donde se encontraban los trabajadores, recogió el periódico Yediot Ahronot.
«El Estado está normalizando esta situación», criticó el alcalde de la ciudad, David Azoulai, en declaraciones al diario, según el cual los trabajadores agrícolas acudían periódicamente a la zona a recoger manzanas y cuidar de los árboles, a pesar de la situación. Metula es la localidad más al norte de Israel y se encuentra a apenas 150 metros de la frontera con Líbano, lo que ha hecho de ella objetivo habitual de los cohetes de Hizbulá, si bien el pueblo lleva casi un año completamente evacuado.
A las 11.38 hora local (9.38 GMT), el Ejército israelí comunicó que las alarmas antiaéreas estaban sonando en la ciudad, instantes previos al incidente. Ya de madrugada, el grupo chií Hizbulá reivindicó el lanzamiento de varios ataques con «andanadas de misiles» y proyectiles contra cuatro asentamientos del norte de Israel, entre los que se encuentra Kiryat Shmona, a unos siete kilómetros de Metula.
En otras notas Hizbulá reivindicó también ataques similares y con «proyectiles artilleros», «concentraciones de tropas del enemigo israelí» en la zona de Khiam, en la frontera entre Líbano e Israel. Desde el 8 de octubre de 2023, cuando Hizbulá comenzó a lanzar cohetes contra Israel en solidaridad con el pueblo gazatí, el Ejército y el grupo proiraní mantienen un intercambio de fuego constante que se ha cobrado vidas a ambos lados de la frontera.
En Líbano, más de 2.800 personas perdieron la vida en el último año, la mayoría desde que Israel intensificó su campaña de bombardeos a finales de septiembre. En el Estado hebreo, por otro lado, han muerto cerca de 70 personas, de las cuales casi la mitad son civiles.
Fuente LA RAZÓN
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