¡República Dominicana está en "deuda electoral" con las y los inmigrantes del Exterior!
Balbina Negreira
Las y los ciudadanos de Ultramar hemos tenido que afrontar, padecer, poner una cuota importante de contagiados, de enfermos y de fallecidos; trabajar como empleado esencial; estar confinados durante semanas; la gran mayoría han perdido su trabajo; hacer colas para comer; ser desahuciado de su casa; solicitar ayudas públicas; durante los más de dos meses que llevamos con la pandemia Covid19.
¿No podría la Junta Central Electoral (JCE) organizar el voto por correo para las elecciones presidenciales y congresuales, del próximo 5 de julio?
Tengo entendido, de que, el "Voto por Correo" en el Exterior o Ultramar será tema a tratar por parte de la Junta Central Electoral (JCE) el próximo día 5 de mayo en la República Dominicana. Hablamos de unos 600 mil votos que-quita y pone-presidente; de dominicanos y dominicanas de diferentes capitales y ciudades de Estados Unidos, Europa, Canadá, Latinoamérica, otros.
Llevamos años y décadas residiendo en algunas de estas ciudades de Ultramar y, de seguro, una gran mayoría de nosotros hemos votado por correo. Si continuamos alentando la excusa de que padecemos de una discapacidad en nuestra democracia dominicana, como para que el voto por correo sea una realidad a partir del 5 de julio de 2020, en las elecciones presidenciales y congresuales.
Estamos con ello colaborando y auto menospreciándonos como ciudadanas y ciudadanos incapaces de irse adaptándose a una situación más que probada su funcionamiento. Si mentalmente nos consideramos incapaces pues lo seremos también en la práctica. A la Constitución Dominicana hay que actualizarla("tocarla") en materia de género y en otros derechos ciudadanos de las minorías.
Las y los inmigrantes somos una realidad social, política, económica y electoral, por lo que, se nos debería tomar como ciudadanos como los de allá en las cuestiones de Estado y de Poder como son las Elecciones Presidenciales y Congresuales. En el siglo XXI no hay motivos ni justificación para estigmatizar a las y los ciudadanos que por las razones que fueren salimos de nuestro país.
Mi voto no sabe de inmigración no se trata de una competencia clasista entre los de allá y los de aquí. ¡Mi voto es mi derecho y deber en una nación de Estado de derechos! Es el ejercicio democrático por excelencia y una conquista de la humanidad desde hace siglos...
Mi voto es único e irremplazable y, yo quiero ser parte como ciudadana de Ultramar de mi derecho y deber constitucional de votar. ¡No me conformo de que otras y otros voten por mí...! ¡Y no es la primera vez que nos excluyen de votar!
Madrid, España.
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