lunes, 27 de abril de 2020

Que se determinen responsabilidades y se tomen medidas


EDITORIAL

El pueblo dominicano por naturaleza es un pueblo de fe y creencias, lo que lo hace mayormente vulnerable, cuando estos profesan y manifiestan la ingenuidad de la fe cristiana, como lo sucedido este domingo pasado en la ciudad de Puerto Plata, con la llegada y acompañamiento al señor Migdomio Adames, mejor conocido como el peregrino.
El peregrino, este hombre de origen humilde que portando una inmensa cruz de madera ha recorrido 250 kilómetros por diversos municipios del país profesando la fe cristiana, sin darse cuenta al peligro que exponía a toda la multitud que le seguía de contraer el coronavirus, al que también el propio peregrino se expuso, pero todos ellos agarrados de la fe, quienes no midieron el peligro a contraer dicha enfermedad.
Tras la llegada del peregrino a la ciudad de Puerto Plata en medio de la pandemia del coronavirus, ha sido un acto irresponsable tanto del propio peregrino, así como de todas aquellas autoridades que permitieron o facilitaron su llegada a esta ciudad norteña, donde se proponía supuestamente a lanzar su pesada cruz al mar en la Novia del Atlántico, para con esta acción anunciar el termino de la pandemia.
La gente ante el miedo que infunde esta pandemia, y que ha mantenido al mundo de rodillas, pero que ante la fe que profesan, hace correr a estos ciudadanos sin medir la magnitud de los riesgos a contraer la enfermedad solo utilizando sencillas mascarillas, y sin guardar la distancia requerida para evitar ser alcanzados por el virus.
Este mismo peregrino fue quien inició su peregrinación pidiendo al Todo Poderoso para que permitiese la realización de un nuevo mandato presidencial del actual presidente de la república.
Ahora solo resta a las autoridades competentes indagar sobre quienes deberán recaer las responsabilidades y las medidas a tomar por este hecho temerario que ronda entre la fe cristiana y la ignorancia, pero siempre cargado de buenas intenciones y mucho peligro.
Ahora solo resta esperar, y todo será cuestión de fe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario