A 22 años de su partida, el Dr. José Francisco Peña Gómez, su legado no se ha cumplido porque los continuadores o herederos de su ideología no lo entendieron ni supieron entonar con la necesidades de su pueblo al que tanto amó con ternura y desvelo, é ignoraron cuáles eran en verdad sus deseos de ayudar a la gente.
Peña Gómez, que venía proveniente de una humilde familia y de la serranía maeña, quiso dar lo mejor de su vida para obligar la existencia de un mundo de equidad, siempre aferrado al Socialismo Democrático como doctrina estandarte introducida en el seno de su partido, el Revolucionario Dominicano (PRD) cosa que le fue imposible de aplicar, debido a que en el seno de esa organización política siempre estuvo permeada por la indisciplina, imperando todavía a 22 años de su partida físicamente del mundo de los vivos para pasar a un lugar de quietud eterna.
Pero era que tenía que ser así, el gran líder de masa dominicano fue siempre muy confiado, nunca pensó en la traición de nadie, porque él nunca tuvo maldad, tenía un corazón grande, tan inmenso que solo lo uso para brindar amor y el bien común a todos sus compañeros de partido y a su pueblo, el fue un gran demócrata donde las condiciones no importaban, sino las soluciones de los problemas y conflictos que se presentaban.
Fue el guía y timón del perredeísmo, el hombre en que sus compañeros de organización confiaban porque en él siempre encontraban la mano amiga, donde muchos extendían una visita de cortesía a la casa nacional, solo con la finalidad de ver a su líder, quien les esperaba a todos con los brazos abiertos, siendo este el principal motivo del crecimiento político del PRD, porque de mano de la persona, de su Secretario General siempre recibían un abrazo, quien se alegraba de ver a sus compañeros como aquel niño que su padre le compraba sus juegos el día de los reyes, y nunca se le ocultó a nadie, porque siempre decía: primero la gente, cosa que al parecer fue también enterrada junto a él en su sepelio un día como hoy hace 22 años.
El gran líder de América y del mundo, siempre confiaba en todo el que le rodeaba, y es cierto, tenía un gran equipo compuesto en su mayoría de hombres y mujeres jóvenes que eran incondicionales a sus voluntades y sus mandatos, quienes cumplían a carta cabal sus órdenes emitidas, porque su PRD era el partido de la esperanza nacional.
Fue el más grande de los líderes del siglo XX de América Latina y el Caribe y en parte del mundo, siempre se caracterizó por su humildad que la traducía en grandeza, fue solidario como nadie, era negro de color, pero blanco en la pureza, el Dr. José Francisco Peña Gómez, fue simplemente un astro que brilló con luz propia.
Dr. Peña Gómez, de esa gran organización política fuerte que dejó a la hora de tu partida ya no queda ni la sombra de lo que fue, pues las divisiones políticas movidas por las luchas tendenciosas, la ambición de muchos de tus compañeros y de algunos de tus más íntimos redujo su partido al mínimo, sin encontrar a quienes en tu nombre se den un mea culpa, implorando perdón, perdón por los daños causados a su partido, a su pueblo y sobre todo a su memoria.
A pesar de que su legado no se haya cumplido, para muchos de sus compañeros, aquellos que les profesaban lealtad sin importar cuán difícil fuera el momento, aquellos que fueron leales a su pensamiento, a su doctrina, a su legado, y a su condición de hombre puro, para todos ellos: a 22 años de su partida para siempre Peña vive
PENSAMIENTOS:
1ro.- Quien bajo presión injusta, renuncia a sus principios y entrega su honor, es un cobarde, y el que renuncia a ellos por conveniencia o ventajas pasajeras, es un traidor.
2do.- Yo amo a mi pueblo, a mi país, a lo largo de toda mi vida he pagado un precio por eso, he recibido ataques feroces, a veces frontales, a veces con veneno más sutil como ahora, pero yo los perdono, mis adversarios pueden contar conmigo, con mi perdón.
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