Por Polón Vásquez
FILADELFIA, PA—La aparición espontanea de la pandemia del coronavirus y, sus efectos contagiosos mortales a la población, ha despertado angustia y desesperación entre los dominicanos y latinos que sobreviven en esta región de Norteamérica.
La laboriosa diáspora dominicana, cuya población ha venido incrementándose en la última década, reubicándose en el norte de Delaware, el Estado de Pennsylvania *Filadelfia* y el extremo Sur de Nueva Jersey.
Tras, los efectos devastadores de contagios y muertes masiva por el coronavirus, los quisqueyanos que viven de los recursos económicos que generan con sus labores cotidianas del día a día, luego de casi 40 días en cuarentena y confinamiento, se sienten angustiados y desesperados al no estar trabajando y produciendo riquezas.
"Los dominicanos y dominicanas ahora mismo, estamos acorralados, asustados, cruzados de brazos, impedidos de movernos, bajo un estado de confinamiento forzoso y una situación de supervivencia muy difícil".
En esta importante región del valle Delaware, residen alrededor de 350 mil dominicanos que, eligieron esta parte de los Estados Unidos para, vivir por el bajo costo de la renta, mayores fuentes de empleos, más tranquilidad y comodidades en sus hogares para el descanso familiar.
"La población latina que viven actualmente en esta región, ya alcanza la cifra de alrededor de 2 millones de habitantes y es un grueso poblacional que pesa demasiado en términos de fuerzas productivas, integración comunitaria, aportes sociales, políticos, culturales y económicos".
Casi, el 50 por ciento de los criollos poseen, miles de pequeños establecimientos comerciales que, operan diariamente con algunos familiares y dos o tres empleados pagados que, ofrecen a su clientela servicios de primer orden y de buena calidad.
Es así como, los bodegueros, dueños de restaurantes, pulperías, fondas de comidas rápidas, discotecas, supermercados, bases de taxis, salones de belleza, tiendas de ropas, centros de diversión y talleres de mecánica en general se mueven aquí.
Con estos establecimientos comerciales abiertos que, además funcionan; agencias de servicios múltiples, puestos de reparación y venta de neumáticos *Gomas de carros* y muchos otros negocios, que venden y comercializan mercancías de consumo diario, elaboradas en la región y/o mueven millones de dólares de beneficios para sus propietarios y el "Tío Sam", a través del pago obligatorio de los impuestos.
Ahora, la terrible, devastadoras y mortal pandemia del coronavirus *COVID-19*, ha puesto en dudas, la *EFECTIVIDAD* y capacidad operacional del *Capitalismo Salvaje*, al no ofrecer una respuesta más *EFICIENTE* a la crisis de salud en, términos de curación y soluciones médicas.
El gobierno federal ha desembolsado miles de millones de dólares en ayudas re compensatorias a los pequeños comerciantes, pero debido al desorden organizativo, descontrol al no tener en orden registrados los negocios, ninguno de estos ha podido cobrar los beneficios.
Que fenómeno ocurre en éste caso, ¿Desorden administrativo o ineficacia operacional del capitalismo salvaje y sus instituciones?
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