No mires dentro de mí, pequeño Niño mío,
que sangro y no quiero manchar tus ojos
llenos de fuego
y cuando veas mi cadáver en tu frente,
no llores pequeño Niño mío,
que merezco
cada una de estas muertes que me hieren.
Y no pienses que soy bueno,
pequeño Niño mío,
porque a ninguno que sea bueno"
le toca sufrir tanto.
Pero tampoco pienses que soy malo,
pequeño Niño mío
porque alguien que sea malo jamás te merecería.
Y no leas esto, pequeño Niño mío con ojos de fuego.
Mejor ven,
¡abrázame y sálvame!
y dame otro aliento para seguir muriendo.
Nada me importa ya más que darte
un poco de miel.
Pero está vacía mi colmena.
Neo Carmona
Agosto, 2019.
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