Nota Editorial
Luego del tirón de orejas, el Ministro de Cultura arquitecto Eduardo Selman, y el embajador dominicano en el Reino de España, Olivo Rodríguez Huertas, dejaron sus diferencias de lado para que todo vuelva a su normalidad: Y qué bueno que fuera así, por el bien de la comunidad dominicana y de todo el país.
De la diatriba entre ambos funcionarios gubernamentales salió a relucir cuán sensibles se encuentran los ánimos en el partido de gobierno, por la lucha entre dos sectores adversos anidados en lo más profundo de sus senos.
Por un lado el actual presidente de la república, Lic. Danilo Medina, en su afán por lograr agenciarse nuevamente y quedarse sentado por 4 años más en la silla de alfileres, mientras que el Dr. Leonel Fernández, lucha tenazmente por alcanzar la nominación como candidato de su partido, que lo llevaría a ser por cuarta vez presidente de la república, posición que solo ha sido lograda en la República Dominicana por el Dr. Joaquín Balaguer.
Y quien más que a Balaguer para emular su legado, pues si Leonel Fernández fue presidente de la República Dominicana, precisamente se lo debe a Joaquín Balaguer.
Pero sin desviarnos del tema, del pugilato entre Selman y Rodríguez Huertas la única perjudicada es la comunidad dominicana residente en Madrid, víctima de la incomprensión de estos dos funcionarios que si bien se puede decir, el Estado dominicano no le paga para escenificar peleas tendenciales entre ellos, sino para que trabajen a favor del país.
Saludamos ese tirón de oreja a esos dos compañeros del partido de gobierno, porque enterrada sus diferencias, salvada la situación por el bien de la comunidad y la cultura dominicana, ya que la misma, son las únicas que han salido perjudicadas de esta batalla sin sentido, mientras ellos solo hacen una demostración de fuerza, la que debería ser solo a lo interno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD)
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