Por:
Olga Capellán
Todos
los años, un significativo segmento de la población dominicana, principalmente
de las masas más paupérrima, rinden
tributo y homenaje y se llenan de nostalgia, extrañando inmensamente las
bondades de ese gran ser humano, quien fue: Guía y mentor y en ciertos
aspectos, podríamos decir; su papa Noel, llevándole no solo cosas materiales,
sino también aliento, elevándole su auto estima
y el deseo de que en el nuevo año sus vidas mejorarían.
Cabe
recordar, que su tumba es un centro de peregrinación, cada nuevo año desfilan
cientos de miles de seguidores, depositando enormes cantidades de hermosas flores, y elevando las más piadosas
de las plegarias, pidiendo hasta su resurrección convirtiéndolo en un líder
podríamos decir mesiánico, es tan alto el grado de recordación que sus fieles
discípulos, llegan al extremo de la
inmolación al sacrificarse en forma de penitencia, haciendo ayunos, caminatas,
largas horas de oraciones y hasta dormir cerca de su tumba.
La
desaparición física del líder José francisco Peña Gómez, ha sido y será un duro
golpe para esa gran masa que depositaban sus esperanzas, porvenir y anhelo. Pasará
mucho tiempo, para que surja un líder de
esa magnitud y carisma, por eso cada año, como si fuera el nacimiento de
nuestro señor Jesús Cristo se le rinde
tributo y homenaje a este personaje que ha dejado sus huellas indelebles
en cada corazón de ese humilde pueblo desvalido.
Perredeístas
anhelan a su líder José Francisco Peña Gómez en el nuevo año. Es de nostalgia
en una gran parte del pueblo dominicano, pero muy especialmente en la parte más
humilde de los militantes del partido revolucionario dominicano (PRD) el
recuerdo de solidaridad de ese gran ser humano, su amor y preocupación por los
más desvalidos llena de tristeza el pensamiento de esa gran masa seguidora de
su doctrina sencilla y democrática.
Es
imposible olvidar el espíritu alegre y de solidario que preocupaba a este gran
líder, para que en dicha época no les faltara su cena a ninguno de los hogares
de los más pobres de su país.
El
Dr. José Francisco Peña Gómez, el más grande y universal de toda América Latina
y el Caribe del pasado siglo XX, quien se destacó principalmente por su interés
en ayudar a los demás, y por ser el líder único é insuperable del Partido
Revolucionario Dominicano (PRD), tanto así, que no ha surgido un nuevo líder
dentro de su partido con la calidad moral y auténtica de este gran hombre.
Peña
Gómez fue un hombre muy destacado y solidario con su pueblo, lo que le permitió
el jamás perder la esperanza de que las cosas mejoraran y trabajó arduamente
para que este anhelo se convirtiera en realidad, y siempre lo hizo pensando en la
parte más vulnerable de su amada Republica Dominicana, quien llamaba a su
organización política, el Partido de la Esperanza Nacional.
El
pensamiento de Peña Gómez estuvo inspirado en la doctrina del Socialismo
Democrático, porque quería la implementación de un gobierno compartido por y
para la gente, pensando siempre en la clase más humilde de su país, para
quienes anhelaba una mejor forma de vida.
Fue
un modelo a seguir como dirigente político y líder indiscutible de grandes masas.
Su prioridad era poner en práctica esos valores éticos, los cuales entendía que eran su gran identidad ante sus
seguidores, porque para él, ellos eran su gran soporte.
Hizo
mucho énfasis en la educación permanente e inclusiva, con especial deseo de dar
grandes oportunidades a jóvenes y mujeres. Como alcalde de Santo Domingo, creó
escuelas laborales en los barrios y dio apertura a numerosas bibliotecas, e
implementó los dispensarios médicos en todos los sectores de Santo Domingo,
porque de esta manera él entendía que estaba ayudando al desarrollo de su
pueblo.
Peña
Gómez impulsó la apertura a la solidaridad internacional y accionó en favor de los derechos de las mujeres.
Siempre actuó como protector del Medio Ambiente y fue pionero de las preocupaciones ecológicas en
nuestro país. Su gestión como Alcalde de Santo Domingo dejó arborizadas las
principales vías del Distrito Nacional, lo cual también aportó mayor belleza a
la ciudad.
Una
de sus preocupaciones fue buscar siempre la mano solidaria de sus amigos
internacionales, quienes nunca le negaron su apoyo incondicional, por su
siempre fiel colaboración para con ellos.
Su
gran actitud solidaria constituyó una voz regional vigorosa en el seno de la
Internacional Socialista. Para muchos miembros de la IS, él representaba la mayor
elocuencia pasión latinoamericana, esa
elocuencia que iba en favor de su pueblo y de los demás pueblos de
Latinoamérica y el Caribe.
Destacar
el gran ejemplo de vida del Dr. José francisco peña Gómez, con su constante
lucha por la democracia de la Republica Dominicana y también de los demás países
latino-americanos, desde el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), se
convirtió en esa radiante voz democrática.
Su
noble desinterés por las cosas terrenales lo enaltecieron como un líder donde
no primaba la ambición, hasta tal punto de que con todas las posibilidades de
vivir en la abundante riqueza, terminó su vida como el humilde ser humano que
fue.
Su
liderazgo fue tan grande como los nobles corazones de quienes seguían sus
pasos, porque entendían que como él, existían pocos. Peña Gómez no solo se
preocupaba por su gente en navidad y fin de año, porque él sabía que esas
personas tenían precariedades el año entero.
Dedicó
gran parte de su esfuerzo como líder del PRD a solidarizarse con los
trabajadores en sus luchas laborales y promover la buena relación con los
empleadores del sector privado.
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