La diatriba política y estridente bravuconada empleada por el magnate Donald Trump en su campaña por la Casa Blanca, logró sus objetivos, dividir y agrietar la composición etnica del país más podersoso del planeta.
Con la finalidad de obtener buenos resultados en las elecciones generales del pasado martes 8 de noviembre, Trump olvidó que los Estados Unidos es un país formado por inmigrantes provenientes de los cuatro costados del globo terraqueo.
Sus discursos politiqueros contra los hispanos, los negros, musulmanes, las mujeres y amanerados sexuales, en vez de unificar criterios, fragmenta y corroe el tejido poblacional norteamericano.
Probablemente utilizando las recomendaciones políticas de Nicolás Maquiavelo "Divide y Vencerá", Trump sacó sustanciosas ganancias y provechosos resultados electorales.
Los anglosajones se creyeron el cuento de que los hispanos, musulmanes y afroamericanos les iban a quitar los poderes de decisión en la Casa Blanca y el Congreso Bicameral.
Todas esas argucias malsanas, surtieron sus efectos porque los anglosajones salieron a votar en masa. Y hubo tantas confusiones que hasta las mismas personas que el "Empresario-Político" denigra, le regalaron el voto.
El concepto universal "Divide y Vencera", en su maxima aplicación teórica constituyó una aliada inseparable de Trump.
Ahora resulta que no es lo mismo, la rectorica que la practica política. Con las protestas escenificadas en diferentes pueblos de la nación, a raíz de la víctoria electoral del republicano, indica que Trump talvez no pueda cumplir con todas sus promesas.
Las leyes y derechos constitucionales de Estados Unidos, quizás no le permitan al nuevo inquilino de la Casa Blanca aplicar, la parte negativa de su bravuconada divisionista y xenofibica.
Esperemos pues, las acciones ejecutivas del Presidente electo, apartir de enero del 2017.
Por Polon Vasquez
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