jueves, 1 de agosto de 2024

Se declara culpable cerebro atentado del 11 de septiembre

 

El Departamento de Defensa de los Estados Unidos ha anunciado que Khalid Sheikh Mohammed, considerado el cerebro detrás de los ataques del 11 de septiembre de 2001, ha acordado declararse culpable.

Este giro en los acontecimientos marca un posible final para uno de los casos judiciales más prolongados y complejos en la historia reciente de Estados Unidos. Mohammed, junto con sus cómplices Walid bin Attash y Mustafa al-Hawsawi, se espera que se declaren culpables ante la comisión militar en Guantánamo, Cuba, tan pronto como la próxima semana.

Este acuerdo llega más de 16 años después del inicio de su procesamiento y más de dos décadas después de los ataques, 11 de septiembre de 2001, que cambiaron el curso de la historia moderna.

Los abogados defensores han solicitado cadena perpetua para los acusados a cambio de sus declaraciones de culpabilidad. Esta noticia ha sido recibida con sentimientos encontrados por parte de las familias de las casi 3000 víctimas directas de los ataques del 11 de septiembre.

Reacciones y controversias

Terry Strada, líder de un grupo de familias de las víctimas, expresó su frustración, calificando a los acusados de cobardes. Por su parte, Michael Burke, cuyo hermano bombero falleció en el colapso de la Torre Norte del World Trade Center, criticó la larga espera por justicia y el resultado final.

El caso ha estado plagado de controversias, principalmente debido al uso de técnicas de interrogatorio controvertidas. Mohammed fue sometido a simulacros de ahogamiento 183 veces mientras estaba bajo custodia de la CIA, lo que ha complicado enormemente los esfuerzos para llevar el caso a juicio.

Impacto histórico y consecuencias

Los ataques del 11 de septiembre desencadenaron lo que la administración de George W. Bush denominó la «guerra contra el terror«. Esto llevó a invasiones militares en Afganistán e Irak, y años de operaciones estadounidenses contra grupos extremistas armados en todo el Medio Oriente.

A nivel nacional, los ataques inspiraron un giro marcadamente más militarista y nacionalista en la sociedad y cultura estadounidenses. Internacionalmente, jugaron un papel en inspirar las revueltas populares de la Primavera Árabe en 2011.

Mientras se acerca la resolución de este caso histórico, surgen preguntas sobre el futuro del centro de detención de Guantánamo y las políticas antiterroristas de Estados Unidos. Grupos de derechos humanos, como Amnistía Internacional, instan a la administración Biden a cerrar Guantánamo y a garantizar que nunca más se repita un programa de desapariciones forzadas y torturas.

Este acuerdo de culpabilidad, aunque controvertido, marca un capítulo significativo en la larga saga del 11 de septiembre, ofreciendo un cierre parcial a las familias de las víctimas y a una nación que aún lucha por reconciliarse con los eventos de aquel fatídico día de septiembre de 2001.

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