Los Gobiernos estadounidense y británico anunciaron sanciones contra sujetos vinculados al Gobierno chino por una serie de ciberactividades maliciosas dirigidas contra el organismo de control electoral británico y legisladores de ambos países. Nueva Zelanda denuncia ciberataques similares.
En Nueva Zelanda hackers vinculados al Gobierno chino lanzaron una operación patrocinada por el Estado que tuvo como objetivo el Parlamento de Nueva Zelanda en 2021, según ha afirmado este martes el ministro de Seguridad del país. Las redes pirateadas contenían información importante que permite el funcionamiento eficaz del Gobierno neozelandés.
La denuncia de Nueva Zelanda se produce después de que las autoridades estadounidenses y británicas anunciaran una serie de cargos penales y sanciones contra siete piratas informáticos, todos ellos presuntamente residentes en China, que atacaron a funcionarios estadounidenses, periodistas, empresas, activistas prodemocráticos y al organismo de control electoral del Reino Unido.
El objetivo en muchos casos británicos era el «espionaje»
Por su parte las autoridades británicas dijeron que los sancionados son responsables de un pirateo informático que podría haber dado acceso a información sobre decenas de millones de votantes británicos en poder de la Comisión Electoral, así como de ciberespionaje dirigido contra legisladores que han denunciado amenazas de China.
El Ministerio de Asuntos Exteriores afirmó que el pirateo de los registros electorales «no ha tenido impacto en los procesos electorales, no ha afectado a los derechos ni al acceso al proceso democrático de ningún individuo, ni ha afectado al censo electoral«.
La Comisión Electoral dijo que identificó una brecha en su sistema en octubre de 2022, aunque añadió que «actores hostiles» habían podido acceder a sus servidores por primera vez desde 2021.
En ese momento, el organismo de control dijo que los datos incluían los nombres y direcciones de los votantes registrados. Pero precisó que gran parte de la información ya era de dominio público.
El espionaje se producía sobre perfiles conocidos, empresas, activistas prodemocráticos
En Estados Unidos los piratas informáticos vinculados al Gobierno chino lanzaron una amplia operación respaldada por el Estado contra funcionarios estadounidenses, periodistas, empresas, activistas prodemocráticos, según informaron las autoridades estadounidenses, al tiempo que anunciaban una serie de cargos penales y sanciones.
La intención de la campaña, que según las autoridades comenzó en 2010, era acosar a los críticos con el Gobierno chino, robar secretos comerciales de empresas estadounidenses y espiar y seguir a figuras políticas de alto nivel.
Las autoridades occidentales desvelaron la operación, llevada a cabo por un grupo de piratas informáticos conocido como APT31, al tiempo que hacían sonar una nueva alarma electoral sobre un país que, desde hace tiempo, se considera dotado de avanzadas capacidades de espionaje.
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