a comunidad de la zona rural del municipio de Cáceres confirmó que los paramilitares del Clan del Golfo cometieron una masacre en el Bajo Cauca Antioqueño. Aunque las Fuerzas Armadas afirman que realizan operaciones militares, la ciudadanía denunció que hasta las horas de la noche, el ejército colombiano todavía no había llegado.
En la madrugada, seis personas fueron asesinadas por paramilitares en la vereda de San Pablo, en el sur del municipio de Cáceres, Antioquia.
La Corporación de Derechos Humanos Jesús María Valle Jaramillo confirmó que en la masacre murieron seis personas. Cuatro personas más fueron llevadas contra su voluntad por el grupo paramilitar y una de ellas estaría herida.
Una de las víctimas era un líder social dedicado a la minería tradicional como barequero. Las otras personas asesinadas eran habitantes dedicados a actividades agrícolas y mineras y ejercían liderazgos comunales en la vereda. Algunos testimonios de habitantes de la vereda San Pablo denuncian que los paramilitares no les permiten a la comunidad recoger o dar sepultura a las personas asesinadas.
Control paramilitar
La Corporación de Derechos Humanos Jesús María Valle Jaramillo le confirmó a Colombia Informa que la comunidad en general de la vereda San Pablo y las veredas aledañas, se encuentran confinadas por el grupo paramilitar.
Las autodenominadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Clan del Golfo), incursionaron intimidando a la población, asesinando e impidiendo la movilidad de las personas que habitan la vereda San Pablo.
Impiden la entrada y salida de las personas, así como el cierre de establecimientos con acceso a Internet y telefonía móvil.
Ejército aún no llega
Aunque se han presentado combates, la comunidad y la Corporación de Derechos Humanos Jesús María Valle Jaramillo aseguraron que las víctimas eran de la población civil, no estaban armadas ni eran combatientes de la insurgencia, como afirmó al inicio el Ejército Nacional.
Aunque la Fuerza Pública informó que adelanta operaciones en la zona, las comunidades confirmaron al cierre de esta publicación noticiosa que a la vereda aún no habían llegado los militares, siendo controlado en su totalidad el acceso por los paramilitares de las AGC.
Las comunidades y la Corporación explicaron que estos hechos no son sorpresivos, pues ya habían advertido y denunciado sobre las amenazas de los grupos paramilitares contra quienes habitan en la región.
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