Por Ramón Diloné
No debe sorprender a nadie el que la Junta Central Electoral (JCE) haya reconocido una sigla para el nieto del sátrapa, ladrón y asesino de Rafael Trujillo Molina, debido a que en la República Dominicana el ejercicio de la política se ha gangsterizado.
Todos los partidos del sistema político dominicano están afectados por ese mal, puesto que los méritos, la capacidad, el sacrificio, el trabajo y la formación profesional o intelectual, no valen nada, debido a que lo único que importa es el dinero, mientras más sucio, mejor. Esta es la dura realidad por la que los partidos, el congreso y los ayuntamientos están llenos de corruptos que acabaron con los bienes del Estado, de narcotraficantes y de riferos ligados a todos los tipos de mafias.
La gangsterización de la actividad política se debe a múltiples factores, pero en las últimas dos décadas es fruto de tres razones fundamentales: 1) Debido a que Leonel Fernández, Danilo Medina y el PLD se encargaron de terminar corromper, de arriba abajo, todas las instituciones del Estado; 2) El financiamiento de los partidos por ley y 3) El voto preferencial.
Debido al financiamiento, cientos de mercaderes y vividores de la política buscan legalizar una sigla en la JCE para que le toque una partida del presupuesto, razón por la cual ya el sistema político dominicano cuenta con 40 partidos y movimientos reconocidos, mientras «alrededor de un centenar de siglas esperan por su habilitación del Tribunal Electoral para también ordeñar la vaca lechera del Estado».
En virtud de esas Fuerzas de la Putrefacción (FP o FUPU), es que no debe extrañar a nadie que la JCE haya reconocido el partido al mercader y mercenario internacional nieto del sanguinario dictador, pese a que es un adulador que sólo busca realzar la funesta figura de su abuelo, aunque todavía está vigente la Ley 5880 del año de 1962, la cual «prohíbe todo tipo de actividad que alabe» la figura del sátrapa o de su sanguinario régimen.
Es dentro de ese proceso de gangsterización de la actividad política que se vive en el país, que se debe de inscribir el reconocimiento de una sigla para el nieto del abusador dictador que implantó en la República Dominicana una de las tiranías más sanguinarias de América Latina durante el período de 1930-1961.
Los Hijos de Héroes del 30 de Mayo tienen toda la razón cuando afirman que «es una vagabundería de reconocimiento del partido de Ramfis Trujillo». También está en el camino correcto el diputado José Horacio Rodríguez cuando asegura que la «Junta Central Electoral (JCE) da un duro golpe a las víctimas de la dictadura al darle un partido a un apologista del régimen tiránico».
Pese a que el gangsterismo arropa al sistema de partidos políticos en la República Dominicana, razón por la que, en todas las organizaciones, reconocidas o no por la JCE, hay grupos que sólo quieren ir a las instituciones del Estado a hacerse ricos de la noche a la mañana, los buenos y verdaderos dominicanos deben seguir la lucha para eliminar el gansterismo en el sistema de partidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario