Continuaron los enfrentamientos entre las tropas sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido pese al anuncio del alto el fuego en el país africano.
Los paramilitares intentaban tomar el cuartel general del Ejército. Mientras, el número de muertos aumenta a 270 personas y el país enfrenta a una escasez de artículos de primera necesidad.
Ataques aéreos, explosiones, y columnas de humo, en Jartum, capital de Sudán. Muestran el fracaso de un alto el fuego que se anunció el martes por las fuerzas paramilitares y el Ejército. Según los informes, continuaron los enfrentamientos y se centraron en el área alrededor del recinto del Ministerio de Defensa y el aeropuerto, que ha sido ferozmente disputado desde que estallaron los combates.
El Ministerio de Salud de Sudán informó que al menos 270 personas han muerto y 2600 han resultado heridas en los enfrentamientos. Y el principal perdedor de este juego de poder, sin duda, es la nación sudanesa que vive con miedo y enfrenta a una grave escasez de artículos de primera necesidad.
La falta de suministro de agua es otro gran problema para las familias, que están agotando rápidamente los contenedores de almacenamiento de agua que tenían ahorrados. A todo eso se suma la falta de medicamentos, ya que la mayoría de las farmacias de la ciudad son cerradas.
Este miércoles, las dos bandas rivales, es decir, las Fuerzas de Apoyo Rápido y el Ejército, acordaron otra vez un alto el fuego de 24 horas, aunque en esta situación la tregua parece muy frágil.
La violencia en Sudán estalló el 15 de abril entre las fuerzas de dos generales que tomaron el poder en un golpe de Estado en 2021: Abdel Fatah al-Burhan y Muhamad Hamdan Daglo. Siguió a una disputa entre ellos sobre la integración planificada de Fuerzas de Apoyo Rápido en el Ejército regular, una condición clave para un acuerdo final destinado a restaurar la transición democrática del país.
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