Objetivo es intentar neutralizar la violencia de los narcos
Los gendarmes patrullan el barrio Los Pumitas, donde mataron a un niño de 11 años. Máximo Gerez fue asesinado en un kiosco en el asentamiento del noroeste.
Luego de los anuncios efectuados por el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, el gobernador Omar Perotti, y el intendente Pablo Javkin, efectivos de la Gendarmería Nacional comenzaron a desplegarse en las calles de Rosario. El primer destino, de una parte de estos 300 gendarmes, es la zona donde un grupo de niños apostados frente a un kiosco en Cabal al 1300 recibió una feroz ráfaga de disparos, lo que provocó la muerte de Máximo Gerez, de 11 años.
Tras el episodio trágico, que además dejó al menos otros dos niños heridos de consideración, comenzó una pueblada que derivó en un estallido barrial. Los vecinos, hartos de ser sojuzgados por los narcos del barrio, derrumbaron al menos tres búnkeres, se llevaron lo que había en el interior, los incendiaron y hasta demolieron gran parte de sus estructuras.
El clan que supuestamente domina la zona juró venganza y a través de un video se hizo público la intimidación: «Devuelvan las cosas giles porque hay balitas para todos», amenazó detrás de una máscara un delincuente armado con una pistola.
La conmoción que puso el foco de la prensa nacional en Rosario derivó en la reacción del presidente de la Nación, Alberto Fernández, y de su ministro de Seguridad, quien ayer desplegó en la ciudad a otros 300 gendarmes y 100 agentes de la policía Federal. En total, unos 1.400 efectivos de ambas fuerzas están operativos en territorio rosarino.
Durante la tarde de este miércoles, los efectivos de Gendarmería comenzaron a recorrer el barrio Los Pumitas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario