EDITORIAL
El presidente de la república Lic. Luís Abinader, inteligentemente escuchó a los diversos sectores en relación al fidecomiso que se habían planteado para la planta eléctrica de Punta Catalina.
Fue una decisión inteligente por parte del señor presidente haber dado marcha atrás a esa decisión porque no solo haría un daño al país, debido a que el Estado ya no cuenta con instituciones propia (herencia de los ciudadanos) sino porque además a la fecha no se tiene conocimiento de causa sobre el costo real de dicha planta.
Lo que sí se sabe es que hubo una galopante ocultación del costo por el cual son muchas las personas que deberán ser llevadas por ante los tribunales del país para que respondan por actos de corrupción, en caso de que sean hallado culpables.
Además existe un problema programado, debido a que el Estado ya no es propietario del las industrias energéticas, siendo este sector uno de los más sensibles de la población, por aquello de que son los pobres el sector más vulnerable del país, y que siempre van en desventaja ante la oligarquía nacional.
Ojalá y el presidente Luís Abinader, así como tuvo valentía para echar marcha atrás sobre un fidecomiso que según dicen los expertos en la materia, de haberse hecho realidad, sería la peor carga económica para el gobierno y de hecho una gran estafa al Estado dominicano; sería bueno la creación de un verdadero sistema social para que el Estado sea garante de la sobrevivencia de aquellos ciudadanos que no tienen medios de vida, y no dar migajas solo a personas por favoritismo político, que pertenecen a tal o cual partido.
Señor presidente, el pueblo dominicano está pasando hambre, ya no solo de comida, sino también de salud, educación, viviendas, y otras prerrogativas del cual el Estado debe ser garante ante la sociedad y sus derechos fundamentales.
El presidente es inteligente y debería saber que las cosas no marchan a nivel de su política, porque muchos funcionarios están trabajando a espalda de los intereses del pueblo.
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