Se debe cambiar de rumbo por el bien de todos
El Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) acaba de arribar a
sus 38 años de su creación, y se puede advertir de que lleva una existencia
casi divorciada del origen para el cual fue creado, muy lejos de sus postulados,
aun siendo dirigido por gente buena y que dicen que aman a ese gremio
profesional.
Al correr de los años ha sido notorio el deterioro por el que
atraviesa el CDP, no solo en su parte física, sino institucional (aunque sea de
manera involuntaria) por parte de quienes hasta este momento lo han conducido.
Hay que mirar la situación por la que atraviesan cantidades
de periodistas que hoy no pueden ganarse el sustento familiar, porque muchos de
ellos pasan por situaciones de salud muy delicadas, y más aún porque ya la edad
no les permite laborar en los diversos medios existentes, en el cual cantidades
son rechazados por parte de quienes los dirigen.
Actualmente se conocen diversos casos que deben ser atendidos
urgentemente, pero lamentablemente El Instituto de Previsión al Periodista
Profesional (IPPP) no está en condiciones de asumir responsabilidades por falta
de recursos económicos.
El caso de algunos periodistas que sufren enfermedades
catastróficas, como el de Francisco Paulino, quien padece de diabetes, lo que
le ha afectado su visión, con la congruencia de carecer de un seguro médico que
le permita recibir las atenciones factibles a su enfermedad, aun el reclamando pagar
con sus propios peculios un seguro contributivo que le permita atenderse
dignamente para evitar la total pérdida de su visión.
De igual manera se está clamando por una pensión para el
periodista Tony Grimaldi Silié, de San Francisco de Macorís, quien tiene ya 71
años de edad, y padece de cáncer en el fémur, caída de la dentadura y pérdida
de la audición, así como también de decenas de periodistas que se encuentran en
situaciones difíciles, algunos con enfermedades terminales, tanto dentro como
en el exterior del país, sin que el CDP y el IPPP puedan tender una mano amiga
como sucede en los demás gremios de profesionales del país que pueden valerse
por sí solo y buscan soluciones a la problemática de sus miembros
Hacemos un llamado al CDP y al IPPP asumir con
responsabilidad la situación por la que atraviesan decenas de sus miembros.
Es de ahí la necesidad de que el CDP se encamine hacia otro
rumbo por el bien de todos sus miembros, sin ánimo alguno de dañar la gestión
de sus actuales dirigentes, pero se hace evidente que el gremio que alberga a
los profesionales del lápiz y el papel debe encaminarse hacia otro sendero.
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