Pensamiento Político 16: Campaña negativa y campaña sucia como instrumento de guerra en la política tercermundista
POR RAFAEL SANTOS
La campaña negativa es aquella cuyo objetivo principal es atacar al candidato contrario para que este pierda adeptos y el triunfo de quien dirige el ataque casi siempre desde la sombra, sea más fácil de lograr.
Esta mayormente se circunscribe en lo que tiene que ver con la puesta en marcha de una programación bien definida para de una manera o de otra descalificar al candidato sobre el cual se dirige dicha campaña, minimizando así las posibilidades del triunfo y sobre todo, reduciendo la apreciación de los electores con relación a la simpatía anteriormente mostrada.
La campaña negativa es muy común en nuestros pueblos y países tercermundistas, ya que de esta se derivan toda una serie de conjeturas que podrían ir desde los errores que comete tal o cual candidato, para esta manera echárselo en cara, hasta la falta de preparación para ocupar la posición a la que este bien podría aspirar.
La campaña negativa, encierran dentro de sí, todo un espiral de temor al bando sobre el cual están dirigidos los dardos, es decir, en contra de quienes se propician estos antiéticos actos, debido al arrastres que tienen las víctimas.
Las campañas negativas y sucias tienen una marcada diferencia de acuerdo a lo estipulado por la ciencia política, en donde la primera es cuando a un candidato les sacan a flote los errores cometidos para desprestigiarlo ante la sociedad.
Mientras que la campaña sucia es engendrada por mentes perversas, dañinas anti éticas e inmorales, las cuales en base a calumnias o mentiras, fabrican todo un dispositivo de maldad para a través de las mismas desacreditar las posiciones políticas contrarias.
Tanto la campaña sucia como la negativa, abundan más durante los momentos electorales, en donde las imágenes dañinas y perversas, las cuales buscan deteriorar y lacerar hasta más no poder las reputaciones de personas, solo por el hecho de no comulgar con ciertas propuestas.
Los mayores espacios por donde abundan estas perversidades, son mayormente a través de las redes sociales, las cuales se han convertido en un terrible océano, en donde abundan tipejos sin moral ni nada sano en el cerebro.
Quienes hace uso para atacar a los contrarios, a través, tanto de la campaña sucia como de la negativa, en la gran mayoría de las ocasiones son muchachos de mandados que seducidos por “patrones” políticos o ” estrategas” de la maldad, envían clara señales para destruir al contrario, en base como hemos venido exponiendo, a todo un vendaval de mentiras, calumnias, y mediante la instauración de una fábrica de falacias, lanzar todo tipo de dardos envenados en contra de quien bien podría estar en la línea del triunfo de ese conglomerado.
Sin embargo, es preciso decir, que tanto el estratega del diseño como del que paga para poner a correr dichas campañas, actúan bajo la sombra, y en la mayoría de las ocasiones, sus nombres muy pocas veces salen a relucir.
Estos guardan muy bien su imagen ante la sociedad que los rodea, pretendiendo así, mantener una postura elegante y sobria, no dañina, pero sobre todo actúan con cierta ecuanimidad para con esto dar a demostrar, previas recomendaciones de los estrategas al servicio de estos dañinos actos, que son respetuosos.
Generalmente, quien paga para llegar a ocupar ciertas posiciones de poder político en base al desmerito de los contrarios, mantienen o resguardan de manera muy celosa su imagen, es decir, que se “conservan alejados” cuando en realidad estos (la persona que paga para dichas acciones), son los motores que encienden con sus recursos económicos esta innoble práctica.
Finalmente, en el diseño y ejecución de las campañas sucias y negativas, están por el medio dos factores de primerísimo orden, que junto a las redes sociales tienden a jugar un estelarísimo papel dentro de este esquema, y son los medios de comunicación y el factor dinero, sobre todo los primeros, los cuales y teniendo como base al segundo, suelen convertirse en agentes multiplicadores de ofensas y mentiras, para de esta manera tratar a como dé lugar de conseguir lo propuesto y con esto, escalar el peldaño político deseado de aquel o aquellos que con su buen trabajo han logrado calar de manera positiva en el seno de nuestras sociedades, lo que a su vez, deja un mal sabor en la colectividad pensante y provoca a la vez retroceso en los pueblos, sobre todo cuando quien maquina y propicia estos tipos de bajezas logran sus objetivos.
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