Negarse a que no fuese una ejecución no vale la pena
EDITORIAL
La ejecución del Teniente Coronel de la Fuerza Aérea de la
República Dominicana, piloto Ramón Israel Rodríguez Cruz, da mucho en que
pensar, ya que las versiones dadas por los ejecutores no son convencedoras, por
el contrario se prestan a la especulación de la mente floreciente de cualquier
ciudadano, por más sencillo que sea.
Según las imágenes difundidas a través de las redes sociales
estas dictan que la víctima se encontraba de espalda y a pesar de que los
ejecutores alegan maniobras del difunto con un arma de fuego de gran alcance,
esta aunque aparece en la escena no estuvo claro el momento de su uso, pero no
un confuso momento, y además su revólver a la hora de su muerte estaba ceñida
en su cinto, lo que demuestra una verdadera ejecución.
¿Cuál es el motivo de la ejecución del piloto Rodríguez Cruz
en Guatapanal, provincia de Mao Valverde, dicha ejecución fue solo una, pero
las interrogantes son muchas, y no es para menos?
En este caso se vislumbra un manto de misterios, pues al
parecer estos criminales policías estaban detrás de él, lo que significa la
existencia de un plan para su eliminación, de lo contrario: ¿Por qué esos asesinos
vigilaban su residencia?, ¿Acaso era él un objetivo al que había que silenciar
por algunas razones que se desconocen?, ¿Acaso estaba él metido en un brollo de
esos que se han hecho habituales en los últimos tiempos en este país?
Esto solo será posible con una exhaustiva investigación por
parte de las autoridades competentes, seria y neutral, que dé al traste con la
verdad, ya que no se trata de tan solo dos gatillos alegres enganchados a
policías, y que casualmente quitaron la vida a un militar de alto rango, en
momento que las autoridades del país habían aconsejado a los agentes del orden
a no hacer uso de la violencia contra ciudadanos, solo en casos extremos, pero
Ramón Israel Rodríguez Cruz, no era un ciudadano común, sino un militar de alto
rango a quien no solo se le debió guardar respeto, sino también preservar su
vida, a menos que estos gatillos alegres tuviesen órdenes precisas de quitar
del medio, a un hombre que podría haber tenido la llave de una caja de pandoras
en sus manos, y así ocultar un hecho que de una manera u otra las autoridades
deben resolver.
No solo la fiscalía, y el ministerio público provincial de Mao deben actuar en este caso,
sino que se trata de un asunto de mayor envergadura al que la Procuraduría
General de la República ya debería tener en su mano, para despejar todo tipo de
dudas, y al mismo tiempo hacer justicia dando un castigo ejemplar a los
asesinos del Teniente Coronel de la Fuerza Aérea Dominicana, piloto Ramón
Israel Rodríguez Cruz.
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