EDITORIAL
Ahora que el país y el mundo se encuentra en medio de la pandemia del coronavirus, se hace necesario tomar medidas satisfactorias para evitar que el virus (Covid-19 se propague por doquier y al mismo tiempo que sus efectos sean lo menor posible.
Difícil tema, en medio de esta desgracia que nos ha agarrado a todos por sorpresa, ya que una pandemia según los investigadores especialistas en la materia, esto solo aparece cada 100 años, y como visto son muy pocas las personas a nivel del mundo que llegan a esta edad, por razones lógicas.
Lo cierto es que la duda que digan tener gran parte de los ciudadanos a nivel del mundo, pues, si bien es cierto que contra toda virulencia lo más efectivo son las vacunas, para inmunizar a toda la población.
Sin embargo existe el poder de la duda, porque millones de ciudadanos no confían en la efectividad de las mismas, y sobre todo por los efectos secundarios que dicen traer consigo, luego de las tantas especulaciones que se vienen divulgando en los diversos medios de prensa y redes sociales a nivel del mundo, tanto a favor, así como en contra.
Ante tal situación se hace necesaria una verdadera campaña educativa que lleve como fin concientizar a la población, pero para ello, las autoridades sanitarias deben tener bien claro que estas vacunas que pretenden suministrar a la ciudadanía no conlleven a daños secundarios en el organismo humano, y para lograr que cada una de las personas vayan a vacunarse conscientemente sin temor a que sea peor la medicina que la enfermedad.
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