Abinader con un gobierno compartido
EDITORIAL
A raíz de las elecciones presidenciales y con el excelente resultado electoral, parecería que el Lic. Luís Abinader gobernaría con el Partido Revolucionario Moderno (PRM), teniendo la oportunidad para hacer un gran gobierno, si se toma en cuenta que al mismo les dieron la oportunidad de reivindicar al pueblo dominicano con el voto de confianza y popular, tanto a él, así como a su partido.
Paradoja del destino, ahora que Luís Abinader se aproxima a sus primeros 100 días de gobierno, sin llenar las perspectivas esperadas por su pueblo, dejando entrever que el presidente está en solitario, aun habiendo nombrado a tanta gente, pero no ha tomado en cuenta a sus compañeros de partido.
El PRM no está gobernando por medio a alianzas políticas electorales, sino solo en materia de votos, quien logró el voto popular suficientemente para alcanzar el éxito y el favor de su país, Abinader que pretende hacer un buen gobierno, pero tiene las manos amarradas para desarrollar su promesa de campaña.
Abinader es el presidente de la república, electo por el voto popular, sin embargo, el gobierno lo está entregando a sectores no fiable, sin afianzarse en una base sólida que le sirva de cimiento para cualquier circunstancia.
Comenzando por los funcionarios del Palacio en su mayoría, quienes son de otras organizaciones con pocas excepciones, la fuerza pública la entregó a un sector que aunque dentro de su propio partido, este le ve con recelo, y el tren diplomático también entregado a sus “amigos” pero no a sus compañeros, que al parecer solo le tocará las migajas no deseadas por aquellos que solo acostumbran estar en las mieles del poder.
En determinada ocasión se llegó a decir que a los dirigentes del PRM había primero que capacitarlos para poder ser integrados al tren gubernamental, entonces todos se han preguntado: será cierto que el PRM está lleno solo de patanes?, pues no, el PRM está lleno de profesionales capacitados para ejercer en cualquier eventualidad
No señor presidente: usted necesita afianzase en su propio partido, hágale caso a sus dirigentes, comience a darle importancia al trabajo realizado por sus compañeros, porque en el mañana cuando malaya entre a casa, solo ellos velaran por usted y por el buen ejercicio en el desarrollo de sus funciones , y por su gobierno.
En política no existe una peor fatalidad que el disgusto de quienes lucharon para llegar hasta la cima, si se le quita la motivación.
Hágale caso a sus compañeros, aunque les dé oportunidad a los de afuera, porque el tren gubernamental es grande y alcanza para mucho, pero en definitiva su dolor solo le dolerá a los suyos, porque los demás solo buscan la oportunidad de hacer dinero, y a usted señor presidente, su partido no trabajó para un gobierno compartido.
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