EDITORIAL
Una inusual Semana Santa pero significativa, son la del 2020, tras la desgracia del coronavirus que nos obligas a todos aislarnos a modo de confinamiento, y que nosotros atendemos aún de manera involuntaria en aras de salvar nuestras vidas.
Este viernes Santo nos tomó a todos por sorpresa en esa lucha tenaz obligatoria para salvar no solo nuestras vidas, sino también la del prójimo, en la misma no se harán los Santos Oleos como habitualmente, debido a la no presencia de los feligreses, ya que la iglesia se enmarca a evitar los contagios del coronavirus.
En el país también se han tomado medidas que ha sido decisivas para evitar la propagación de la pandemia Covid-19, una de ellas lo ha sido el Toque de Queda, que si bien ha tenido algún resultado positivo por haber logrado mantener la ciudadanía recogida en sus respectivos hogares, no es menos cierto que esta misma medida ha traído numerosos inconvenientes a muchos ciudadanos que lejos de acatar la orden emitida por las autoridades, unos por asuntos personales, y otros por indisciplina, llevando hasta al arresto como medida preventiva.
Ahora como nuevo castigo contra los violadores del Toque de Queda se ha tornado más drástico que va desde la multa económica, hasta trabajos de limpieza obligatorio, labores que deberían realizar empleados de los respectivos ayuntamientos, quienes tienen un personal pagado con presupuesto del Estado.
Si es bien cierto que con los arrestos el Estado como tal ha tratado de contrarrestar la propagación del coronavirus, pero también ha expuesto en el peligro a muchos ciudadanos que tratando de castigar por violar el Toque de Queda cometen las autoridades las más grandes imprudencias, con hacinamientos de personas que bien pudieran estar infectados del coronavirus, proporcionando así un problema sanitario mayor que la misma violación.
Pero en país se vive de violación a violación, y una de las peores más que violar un Toque de Queda ha sido, que irrespetando los tiempos de Semana Santa, funcionarios gubernamentales, abusando del dolor de los niños necesitados que se asisten por medio al INAIPI en medio de una pandemia que amenaza a toda la nación se apoderan de los fondos del Estado, a través de sobre evaluaciones en las compras de insumos, dinero que pagamos todos los ciudadanos mediante pagos impositivos, lo que significa que estos funcionarios ya destituidos por el presidente de la república Lic. Danilo Medina, no solo deberían estar barriendo las calles de la ciudad obligación de los ayuntamientos, por cometer graves violaciones, sino cumpliendo medidas coercitivas en el 15 de Azua, por Estafa y robo al Estado Dominicano
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