Llegamos al final de un año tormentoso socialmente hablando, lo que debería poner a pensar a todas las personas sensatas de nuestra nación sobre en qué debemos cambiar, tanto para la educación de nuestros hijos, para que en el próximo año el pueblo dominicano tenga una aire de respiro.
Ante tanta hegemonía política y social, nuestra sociedad debe dar un giro como ente y así enseñar a las nuevas generaciones todo lo mejor, pudiendo dar una educación, en conjunto con las instituciones oficiales, quienes llevan la voz cantante a nivel comunitario.
La delincuencia en general, la criminalidad, el trasiego de sustancias controladas, los negocios ilícitos quedarían en el pasado, si existiese un Estado fuerte capaz de poner el mejor ejemplo, donde solo se exalten el bien común a favor del pueblo.
Es lamentable que el mal ejemplo llegue principalmente de las instituciones que están y que deben preservar la sana cultura, la educación y otras prerrogativas esenciales para los seres humanos, en este caso: para nuestros ciudadanos.
Debemos reflexionar al término del año 2019, al avocarnos en un nuevo año como el 2020 que se convierte para los dominicanos en una era decisiva, debido a que es un año electoral, donde se supone el pueblo tiene derecho a elegir como una de las prerrogativas emendada en nuestra Constitución.
Esperamos solo la sabiduría de nuestra gente, porque nuestra sociedad requiere de personas sanas, correctas y dedicadas a los más sanos intereses del pueblo, para que nuestros hijos del futuro puedan llevar una mejor vida, con paz y tranquilidad cuando el Estado brinde a sus ciudadanos los mejores ejemplos y los medios que permitan vivir sin temor, a que los hijos de las clases más vulnerables no tengan asegurados la educación, salud, techo y su alimentación , entre otras necesidades, para que estos o ningún hijo de estos tengan que salir a las calles a delinquir para lograr hacer realidad cualquier deseo o suplir cualquier necesidad típica del espíritu joven, como hoy día se encuentra dañada la sociedad nacional.
Es un deber no solo del Estado mantener el buen comportamiento de las nuevas generaciones, sino también de todo el pueblo para asegurar una sana sociedad del futuro, que tanto hace falta en este país.
Que el año venidero 2020 sea de felicidad, prosperidad y grandeza para todo el pueblo dominicano.
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