Por Martín B. Rosario
Madrid, España.
Es una práctica muy vieja la de grabar a una o varias personas y luego sacar provecho de lo dicho en esa conversación.
De hecho, no sólo se ha hecho filtraciones de audios y grabaciones, también se ha hecho con cartas, estados de cuentas o documentos importantes.
Al principio la justicia no aceptaba como prueba válida estos audios ya que podían ser manipulados.
Luego al llegar nuevas tecnologías que pueden incluso detectar otros sonidos presentes en las grabaciones como música, puertas que se abren o cierran, bocinas o cláxones de vehículos, etcétera, la ley no ha tenido más remedio que dar como buenos y válidos distintos audios y grabaciones que salen a La Luz publica.
Pero, volviendo al título de este artículo:
"Quien filtra los audios", me voy a ir al principio de la investigación que hacen los medios dedicados a eso como son: La Policía, los periodistas, los fiscales, las compañías de seguros y los abogados, entre muchas otras instituciones entre las que se encuentran los principales encargados y propulsores de la información por esta vía que son Los Gobiernos y los políticos, quienes se basan en que o quien se beneficia de esta filtración y de quien estaba presente en las citadas grabaciones.
Todo esto viene a colación por tres audios que han llegado a los medios de comunicación, donde según los que lo han publicado se escucha perfectamente a dos de los principales dirigentes del PLD en Europa.
Yo no voy a comentar aquí esos audios porque ya eso se ha hecho eficientemente por los que se han encargado de sacarlos a la opinión del pueblo, lo mío es sembrar la idea de quién lo grabó y lo puso a circular.
También buscar los que se beneficiarían de este hecho.
Primero, quien lo grabó estaba presente en el desarrollo e la conversación.
Segundo, como ahora no tengo más que esos audios doy por descontado que lo grabó Marcos Cross o Roberto Jiménez.
Tercero, que uno de ellos lo ha pasado a alguien.
Cuarto, que a pesar de ser miembros del mismo equipo político el Segundo quiere tener el puesto que tiene el primero.
Quinto, que en las investigaciones siempre es sospechoso el que más se queja.
Sexto, que es muy fácil echar la culpa al rival político que no grabó lo que se ha filtrado.
Séptimo, que es mucho más fácil pelearse con los medios que lo publican y decirles que lo hacen por favores que deben a tal o cual persona o institución, y
Octavo, que es más fácil ver una pajita en el ojo ajeno que sentir la que tengo en mi propio ojo.
"Quien filtra los audios ", saquen sus conclusiones, ya yo tengo la mía.
Mientras tanto, chupe usted y déjeme el cabo.
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