Por Olga Capellán.-
Era poco menos de la primera mitad de la década de los 70
cuando conocí a esa joven luchadora, miembro de la Juventud Revolucionaria Dominicana (JRD), apéndice del
Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y además voz oficial del órgano informativo
de esa organización política, Tribuna Democrática; Milqueya Corporán.
Milqueya tenía una voz fina, pero firme y enérgica, era la
única mujer para esa época (la de los 12 años del Dr. Joaquín Balaguer) que
tenía la osadía de hacer alocuciones en público cuando el régimen, inclusive se lo había prohibido al Dr. José
Francisco Peña Gómez y al profesor Juan Bosch.
Pero ella era valiente, a pesar de tener una contextura aparentemente
débil, que nunca lo fue, ella era lo sublime de su partido, la que hacía vibrar
a las masas con sus alocuciones junto a otros valiosos de sus compañeros, Hatuey
De Camps, Fulgencio Espinal, Tony Raful, Juan José Encarnación, Juan Colón, y
otros; algunos de ellos ya ido a destiempo.
Milqueya, al igual que sus compañeros de Tribuna Democrática,
habían sido sometido a un estado de vigilancia por parte de los servicios de seguridad del Estado, razón
por la cual en muchas ocasiones debió refugiarse en casas de algunos de sus amigos
y/o compañeros de partido, entre ellos en Casa de Don José Eugenio Vargas
(Gengo) y Doña Iris Mota, estos dos últimos ya fallecidos.
En aquel entonces Milqueya Corporán era una mimada de su
partido, los cuales les reconocían sus meritos, y además admirada por todos sus
compañeros de las cuales cobraba grandes elogios, luego pasada esta época de
oro, en las últimas tres décadas nunca se le volvió a ver en los quehaceres
políticos partidista, ni en el PRD ni en ninguna otra organización política.
Muchos de sus antiguos compañeros tanto de partido como de la
universidad habíamos perdido sus rastros, y no fue sino hasta hace pocos meses
cuando volvimos a reencontrarla, lo que sirvió de regocijo para muchos amigos,
pero dice un refrán que: la felicidad del pobre dura poco.
Milqueya ya había enfermado, y el pasado día 28 de septiembre
en hora de la noche recibimos la infausta noticia de su fallecimiento, y fue
así como una gran tristeza nos invadió a todos.
Su velatorio pasó sin pena y sin gloria, y de su partido por
el que tanto luchó solo una reducida comisión encabezada por el Dr. Rafael
Suberví Bonilla (Fello) hizo acto de presencia en el mismo, olvidando con ello
el compromiso contraído con la ex dirigente juvenil y locutora oficial de
Tribuna Democrática.
Milqueya, compañera y amiga, aunque no nos volvimos a ver en
los últimos tiempo, deseo el todopoderoso de brinde el descanso eterno, allí en
un rinconcito dónde solo llegan los buenos.
Que Dios te acompañe siempre en tu última morada y
conformidad para todos tus seres queridos, en especial para tus hermanos, Juan,
Clara, Juan Eduardo y demás familiares, amigos y relacionados, que se ilumine
tu sendero donde quiera que se encuentre tu alma; descansa en paz querida
compañera y amiga Milqueya Corporán.
La amé... y pasé los mejores años de mi vida junto a ella... y sé que le fallé, la tengo siempre en mi memoria y en mi corazón
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