miércoles, 11 de enero de 2017

El poder no reconoce el sudor de la caña

La sociedad ha visto  y observado marchas, caminatas, agonizantes consignas de paz  frente al sórdido Palacio Nacional, de centenares  envejecientes trabajadores cañeros  de oscura piel y lánguidas raíces, cuyas existencias se desviven  en procura  de que el presidente Danilo Medina, dicte un novedoso decreto de pensión más digno y sin discriminación a ese sector azucarero


Los jornaleros del corte de la caña, vencidos: por el tiempo, la indiferencia, el color de su voz y por quienes gobiernan la isla, endulzan de nuevo, las fiestas  de los demás con el canto de su Masacre.


Más de 25 mil hombres y mujeres, honrados (as) ,tienen el tiempo vencido en la flacidez del pellejo que enciende su alma de labriego,

Sus espíritus surcan, entre los bateyes y el sudor del guarapo, pero ya enfermos, han sido humillados en las mandíbulas  de llantos o ciroc de relámpago, por una infinita trabajada pensión. Dilatada en la corona del poder


¡¡Y ahora son molidos por el engranaje  tren democrático!!


Estos obreros del azúcar/cañeros, tienen, brazos, piernas, manos, y el derecho constitucional  a la vida, mutiladas como resultado de los  accidentes laborales. Pero a pesar de presentar su historial  médico del deteriorado Hospital Salvador B. Gautier se les niegan la pensión.


Hoy como ayer, el primer mandatario en nombre de la democracia, le da la espalda al huérfano pliegue de demandas de los tensos brazos cañeros que  ruegan por una limosna estatal.
 ¡Ya trabajada en los poros de la caña!

 Los famélicos cañeros sudorosos  se tapan del Sol con las hojarascas de la bandera matinal, frente a las uñas del solio presidencial.


Exigiendo  que se les pensiones, mediante un trozo de ley laboral sobre el régimen de seguridad social, y que también le den un empujoncito llevándola a RD$10 mil pesitos devaluados, por el arcoíris de la corrupción, aunque solo alcance  para un arenque y una espiga de maíz.


La comunidad y sociedad dominicana no pueden dejar desamparados a estos humildes labriegos de la caña, que hoy en los  últimos latidos de sus almas, solo desean que por Dios no lo dejen morir de hambre tendido en el acero gubernamental.

Los cañeros con sus hojas de vidas se han ganado una glorificada pensión. ¡Hoy negada por la oligarquía del tambor!

Aquí se premian holgazanes/ depredadores  del erario público, consustanciosas pensiones / jubilaciones. Cuyos  aportes económicos son descontados y acumulados  de los míseros sueldos de  los jornaleros del parnaso laboral.


Tenemos que solidarizarnos  y empuñar el Padre Nuestro e irnos sin banderas a las calles. Para frenar la injusticia laboral 

Y tomar la cruz de Cristo, seguir tras sus huellas, con miras a que tanto el sector privado como el presidente de la Nación Dominicana, no juzguen por el color del Masacre, a esta familias que dejaron sus mejores años de sus vidas, en nuestros campos y colonias cañeras.

Pasaron las fiestas navideñas y siempre regresamos con una fuerte resaca en el perenne Almanaque pintorescos de Bristol, repleto de deuda, sangre e injusticia social.

La vida tiende a devaluarse, a ser vulnerable  con el vicio que lo pudre todo, más vampira, y al final, cremar  la antiquísima condición humana, por una hostia de mentira y satanizar con su mezquindad, la Sangre del Cordero…


Por todo esto, la tierra tiene un solo apellido/ dueño. Son los que  roban la sangre del sudor ajeno, aquellos que niegan a los trabajadores el derecho a la vida.


Faena esta, acariciada  por leñadores de la esperanza y el ocaso. Amasan riquezas en nombre de la famélica libertad.


El presidente  Danilo Medina tiene un compromiso con  su iglesia e investidura presidencial, como también con las memorias del profesor Juan Bosch, primer mandatario constitucional, verdaderamente democrático.


Elegido por la voluntad popular. Primera y última banda presidencial surgida en elecciones políticas libres, donde la duda del fraude no tuvo espacio ni rostro.

 Más de 22 mil trabajadores cañeros que trabajaron por más de cinco décadas fueron tirados a la calle sin el reconocimiento de sus derechos, violando así Danilo Medina, la Carta Magna de los Derechos Humanos,  y otra vez se burla de nuestra mucama  constitucional

Por este viacrucis de los cañeros en la frente del Sol, pedimos a la entelequia política dominante del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), intervenir para que este sector laboral deje de agonizar en los colores fatídicos de su bandera.


Los trabajadores de la caña  deben de ser pensionados de acuerdo a la exigencia de la canasta familiar, por el Estado Dominicano.

 ¡¡ Ni un paso atrás…!!


. Quien suscribe es periodista

Por  Danilo Correa

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