Apenas pasado un mes de la muerte del más emblemático
dirigente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) Lic. Hatuey De Camps
Jiménez, quien se incorporó a las filas de su partido siendo un adolescente,
casi un niño, al que se entregó ortodoxamente, iniciándose en el mismo en los
frentes estudiantiles cuando este llegó al país desde el exilio en 1961 y fue
una de las principales figuras en la lucha por el medio millón para la UASD en
la misma década de los sesenta.
Hatuey, murió en el seno del PRD, luego que le fuera
rehabilitada su membrecía y titulado presidente Ad Vitam, aunque no fue posible
la realización del acto ceremonial que lo acreditara como tal por asunto de su
estado de salud en que se encontraba.
Se debe recordar que el entonces presidente del Partido
Revolucionario Dominicano, el 7 de Julio del 2004 fue expulsado, mediante
resolución de la comisión Política que sesionó de una forma breve y
arbitrariamente, lo que le forzó formar su propio proyecto político llamado
Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD) mejor conocido como el partido
del toro, en respuesta al gesto de desconsideración promovido y sustentado por
el PPH, grupo auspiciado por los seguidores del ex presidente de la república,
Ing. Hipólito Mejía Domínguez.
De Camps un revolucionario, convencido anti-reeleccionista y
se enfrentó a Hipólito Mejía cuando este último pretendía retener el poder por
medio a método inadecuado y violatorio a la Constitución de la República, que
en aquel entonces prohibía la reelección gubernamental, fue como los portavoces
del PPH fundamentaron su propuesta en la
indisciplina y rebeldía exhibida por el entonces presidente del PRD durante la recién
finalizada campaña electoral, contra la reelección, acusándole de ser culpable de la derrota de las
elecciones presidenciales del 2004.
Hatuey se caracterizaba por ser un político de palabras
firmes y dos días después de la conmemoración de la llegada del PRD al país
desde el exilio (el 5 de Julio de ese mismo año) se presentó por ante la tumba
del Dr. José Francisco Peña Gómez, proclamando haber cumplido con su deber
perredeísta, defendiendo los principios de la no reelección, pero ello fue
motivo para ser acusado de alta traición por los potentados seguidores de
Mejía, oponiéndose únicamente de ese grupo el Dr. Pedro A. Franco Badía.
A pesar del tiempo y con sus acciones, Hatuey De Camps,
demostró seguir siendo un perredeísta y luchó en diversas ocasiones a lo
interno del PRD por la unidad del partido, inclusive en los últimos devastares
para la contienda electoral del 2015, quien trató duramente por llegar a un
entendimiento entre las partes en pugna, sector Miguel Vargas Maldonado é
Hipólito Mejía-Abinader, en busca de que se formara un frente opositor para
contrarrestar la reelección del actual
presidente de la república, Lic. Danilo Medina, pero no lo pudo lograr, dada
las profundas heridas existentes entre ambos sectores, al que él luego se vio
obligado a desistir abatido y falto de éxitos frente al caso en debate.
Hatuey, fue un convencido anti-reeleccionista, fue por ello
su afán de enfrentar en el 2004 Hipólito Mejía y su grupo PPH, y a pesar de que
el propio Mejía en 1999 había ganado la convención del PRD con un 73% y al
llegar al gobierno en el 2000 nombró a sus más cercanos colaboradores, donde
sus dos primeros años de mandato fueron excelentes, pero no suficientes bueno
para que en el 2004 repitiese como presidente de la república, porque además la
reelección no está contemplada en los Estatutos del partido blanco.
A pesar de los desaciertos del gobierno de Mejía,
profundizados en los últimos 2 años de gestión, sin embargo ésta situación no
resquebrajó la relación partido-gobierno, dado que Hatuey, siendo presidente
del PRD luchó por mantener la armonía entre ambos; hasta el punto que en las
elecciones municipales ganaron con un margen arrollador en 29 provincias y 121
municipios, dando solo oportunidad a que San Pedro de Macorís y la Altagracia
quedaran en manos del PRSC y el distrito al PLD, lo que no hubiese sido posible
sin el apoyo de Hatuey como presidente del partido.
Sin embargo, ese triunfo arrollador perredeísta fue tomado
por el PPH como bandera estandarte para tratar de que el gobierno permaneciera
en mano de Hipólito Mejía, aunque lo prohibiese la Constitución de la República
y que dada la crisis política del 1994 hubo de reformarse para decir nunca
jamás, cuando el Dr. Joaquín Balaguer de manera fraudulenta arrebató el triunfo
del Dr. Peña Gómez, y que aprovechando la mayoría congresual en el 2004, el PPH
adoptó una nueva Reforma Constitucional para favorecer a Hipólito Mejía, la que
sólo fue rechazada por una minoría, haciendo posible la repostulación, aunque
sus intentos fueron truncados, posibilitando el retorno de Leonel Fernández al
poder.
Hatuey, se hizo eco de la doctrina anti reeleccionista del inmortal del PRD al
considerar como mejor tributo al Dr. Peña Gómez, quien siempre luchó por el
mantenimiento de la democracia en la República dominicana, y sobre todo a lo
interno de su partido, el cual estuvo en la mira de los estudiosos de la
sociología política que centraron su atención en los conflictos intestinales
del PRD, al aprobarse la reelección en una reforma Constitucional dada el 25 de
Julio del 2002.
El propio Mejía sabía de la dificultad y limitación para
retener el poder en medio de la crisis económica en momento del estallido y
quiebra de los bancos comerciales, una inflación general y la devaluación de la
moneda nacional, lo que incrementó su impopularidad de manera estrepitosa, fue
entonces cuando De Camps acusó al presidente Mejía de engañar a sus compañeros,
é inició una campaña de divulgación de los principios perredeistas mantenido
desde la fundación del PRD en la Habana, Cuba en 1939.
Hatuey puso a prueba su formación política, procedente de la
Escuela Teórica de la Izquierda Democrática Latinoamericana como discípulo de
Rómulo Betancourt, José Figueres y Víctor Raúl Haya de la Torre, pero con su
actitud desató la ira en el PRD, también otros desafiaron a Mejía, entre ellos:
Milagros Ortíz Bosch, Fello Suberví Bonilla, Ramón Alburquerque, Rafael
Abinader, Emmanuel Esquea Guerrero y Rafael Flores Estrella.
Ya el Dr. Peña Gómez, en el año 1979 había conminado a los
legisladores perredeistas para que introdujeran un proyecto de Reforma
Constitucional, tendente a prohibir la reelección presidencial para contrarrestar
el modelo impuesto por el Dr. Joaquín Balaguer y así también evitar una
eventual aspiración del presidente Antonio Guzmán Fernández, por los estragos que trajo al país la larga
dictadura trujillista, y por los principios fundamentales del propio PRD.
Fue por ello y tras 60 años de lucha coherente doctrinaria y
25 de la carta que el Dr. Peña Gómez envió a sus legisladores, De Camps se
enfrentó contra aquellos que pretendieron quebrajar los principios y preceptos
morales del Partido Revolucionario Dominicano.
También enfrentó al
PPH que actuaban desde las oficinas palaciegas, quienes lograron en el 2003 que
el Congreso Nacional hiciera una alianza estratégica entre seguidores de Mejía
y del Partido Reformista, entonces decidió luchar por la candidatura
presidencial y así enfrentar a Hipólito Mejía en su intención reeleccionista.
Pero mejía desafió no solo a De Camps, sino también a todos
los precandidatos del PRD, ya que poseía
todos los poderes del gobierno, y el presidente del partido respondió
organizando un plebiscito el 19 de Octubre del 2003 que tuvo como resultado
318,817 para un 91% contra 23,448 equivalente a un 7% contra la no reelección,
lo que fue rechazado por el PPH, llamando a Fello Suberví y a Milagros Ortiz a
unificar criterio, pero no hubo acuerdo y llamaron a la IX Convención Nacional
para oficializar la candidatura presidencial de Hipólito Mejía, ignorando el
llamado de varios dirigente para que abstuvieran de realizar el evento.
La Convención fue realizada el 16 de Diciembre del 2003 y el
Tribunal Constitucional desestimó el plebiscito, por influencia del grupo
gubernamental, é Hipólito Mejía, fue proclamado candidato presidencial el 30 de
Enero del 2004, dejando a un PRD fragmentado y con el grupo de Hatuey oponiéndose
a la misma, ya que la Junta Central Electoral rechazó el plebiscito y las
primarias convocadas por los precandidatos anti reeleccionistas: De Camps,
Alburquerque,, Abinader padre y Rafael Flores Estrella.
Toda esta historia trajo como consecuencia la expulsión de
Hatuey De Camps, cuando el sector Mejía aprovechando su poderío gubernamental y
su incidencia en los altos organismos del PRD y su dirigencia, formalizaron la
expulsión de De Camps, quienes actuaron como cómplices en contra del presidente del partido, lo que no fue un
factor determinante político para atraer popularidad a Mejía para que este
retuviese el poder gubernamental, por el contrario el PRD otrora partido de la
esperanza nacional fue también expulsado del Palacio Nacional.
Hipólito Mejía, con su actitud rehabilitó al Dr. Leonel
Fernández, que había sido presidente de
la república 1996-2000, quien había hecho un gobierno de despilfarro y de
acciones no claras, razón por la cual muchos sectores y la sociedad civil
pedían que fuera llevado a los
tribunales para que respondiera por sus hechos, a lo que Mejía se opuso
rotundamente.
Fue así que ante los abusos cometido contra el esmerito
dirigente perredista Hatuey De Camps Jiménez, y a iniciativa del honorable
Director de la Comisión de Efemérides del PRD y ex compañero de infortunio de
los años 60, Lic. Fulgencio Espinal, luego de efectuar una evaluación histórica
se dio inicio para resarcir el daño causado mediante la expulsión de las filas
del partido, ya que el mismo y a pesar de haber creado otra organización
política, como lo fue el Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD) no solo
dijo seguir siendo un verdadero perredeísta, sino también luchó arduamente por
la unidad del PRD en los momentos más cruciales.
La reincorporación del Lic. Hatuey De Camps al seno del PRD,
se debió a la línea política en consonancia y coherencia con sus principios
ideológicos y programáticos, esta incorporación se hizo al considerar como
injusta, ilegal y arbitraria la actitud de los actuantes en su contra a referencia
de dicha expulsión, lo que el efecto de
la misma habla en apego con el derecho universal de cada ciudadano, consignado
en la Constitución de la República, y ese fue su mérito.
La reincorporación de Hatuey De Camps a las filas del PRD como
presidente Ad-Vitam de dicho partido, le permitió que a la hora de su deceso,
este muriera en el seno de la organización política a la que se entregó y le
vio crecer, con el inconveniente y debido al agravamiento de su estado de
salud, no dio lugar a que se efectuara un acto ceremonial para dar formalmente
su ingreso al PRD, pero él estuvo consciente.
De acuerdo a lo expuesto por el director de la Comisión de
Efemérides Lic. Fulgencio Espinal, dicho reconocimiento se hizo con la
finalidad de enaltecer su nombre, previo a la reincorporación al partido y asu
designación como presidente Ad-Vitam, título que solo se ha conferido a uno de
sus fundadores, Don Ángel Miolán, quien comandó el 5 de Julio de 1961 la
Avanzada de la Libertad que llegó desde el exilio a establecer la democracia en
el país, a raíz de la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina.
El mismo fue un tributo a su trayectoria democrática, su
firmeza de precipicios y a su destacado desempeño como gran perredeísta, que de
no haber fallecido tendría la facultad de participar activamente en las
sesiones de los organismos superiores del partido, con la facultad también de
presidir de manera honorifica las asambleas y reuniones que fuesen convocadas.
Esta decisión fue avalada además del Lic. Fulgencio Espinal,
también Doña Peggy Cabral, Lic. Stormy Reynoso, Dr. Julio César Arias Mota,
Lic. Apolinar de los Santos, Lic. Ana Odalis Pérez, Lic. Adelfa Mckinney, Lic.
Héctor B. Pérez, Lic. Patria Bordas, Lic. Gabriel E. Serrano, Lic. Sebastián
del Pilar, Lic. Félix Marmolejos, Dr. L. A. Chico Despradel, Lic. Rafael
Aguirre, Ing. Sonia Jiménez, Lic. Celso Cedeño, Ing. Àngel Manzueta, Dr.
Fernando Núñez, Lic. Augusto Duarte Camilo, Dr. Héctor Sucre Félix y el Ing.
Miguel Vargas Maldonado.
Por Olga Capellán.-
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