sábado, 6 de septiembre de 2025

Trump manda un mensaje a China con la escalada en su conflicto con Venezuela y los expertos temen sus planes: «Es imprevisible»

 

A pesar de que la consideran improbable, no pueden descartar una eventual invasión del país sudamericano

Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela nunca han sido fáciles, pero con Donald Trump en la Casa Blanca parecen haber alcanzado un punto crítico. Las acusaciones mutuas siempre han estado ahí, como también las medidas de presión económica y la intimidación como método de persuasión. No obstante, en las últimas semanas EEUU ha sobrepasado límites que hasta ahora había respetado en un contexto internacional en el que China ha hecho 

«En América Latina no son desconocidas las invasiones de Estados Unidos: Panamá, Granada… Pero la magnitud del despliegue militar en el Caribe, que incluye un submarino nuclear, para, como dicen, combatir el narcotráfico, no tiene precedentes», explica a 20minutos Carlos Malamud, investigador principal del Real Instituto Elcano y catedrático de Historia de América. 

De hecho, Estados Unidos no desplegaba unidades militares en la zona desde la invasión de Panamá en 1989. Hace dos semanas escasas, el 21 de agosto, el país norteamericano movilizó 4.000 soldados en aguas caribeñas, cerca de la costa venezolana, además de aviones, barcos, lanzamisiles y, como recuerda Alamud, un submarino nuclear. En respuesta a lo que tildó de «la más grande amenaza vista en el continente en los últimos 100 años», Maduro convocó jornadas de alistamiento nacional y aseguró que 8,2 millones de personas están registradas en la milicia para «defender al país». 

La presencia militar en el Caribe no parece responder únicamente a una táctica intimidatoria. Este martes quedó demostrado que las tropas se han desplegado para actuar: EEUU anunciaba que había hundido una lancha y matado a 11 «narcoterroristas» venezolanos. 

El régimen de Nicolás Maduro se apresuró a acusar Washington de haber manipulado del vídeo con IA, algo «improbable» para Alamud, que apunta a que «también estamos ante una guerra de relatos que se va a intensificar durante los próximos días». 

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Con todo, a la histórica tensión en las relaciones entre EEUU y Venezuela se suma ahora el peligro que representan los principales jugadores de la partida, por lo que, en este contexto, y a pesar de la necesaria huida de alarmismos, no puede descartarse una eventual invasión de Venezuela por parte de las tropas estadounidenses. 

«Trump es imprevisible y no hay que excluir ese tipo de respuesta. Dicho esto, para invadir Venezuela hacen falta más que 4.000 soldados o 2.000 marines, que son los que están embarcados en la flota. El país es enorme y la capacidad de respuesta de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana es grande. Y luego, en el caso de una invasión, ¿quién va a gobernar? ¿cuánto tiempo?», se pregunta Alamud. 

Aunque desde la llegada de Trump a la Casa Blanca las declaraciones incendiarias de diferentes miembros de su Gobierno son habituales, no hay que ignorar que esta semana el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, no ha descartado una escalada en el conflicto y que este mismo miércoles el secretario de Defensa, Pete Hegseth, fue más allá: «El presidente Trump está dispuesto a pasar al ataque en formas que otros no han visto«, dijo en relación a la lucha contra el narcotráfico en la zona. 

No obstante, Anna Ayuso, doctora en Derecho Internacional Público e investigadora sénior para América Latina del Barcelona Centre for International Affairs (Cidob), cree que para Estados Unidos invadir Venezuela sería «meterse en un avispero». «Veo más posible una acción quirúrgica, es decir, de entrar, ceñirse a un objetivo concreto y salir, aunque es muy difícil. Pero invadir un país como Venezuela no… Primero, por la presencia de todas las guerrillas y grupos narcotraficantes armados. Y luego, que es un país con una geografía muy complicada, con selva, con unas fronteras muy permeables…», cuenta a este periódico. 

¿Qué busca Estados Unidos con esta escalada? 

La respuesta a la pregunta es compleja porque compleja y contradictoria es también la agenda exterior de Estados Unidos. «Por un lado, están quienes son contrarios al régimen chavista e intentan derrocar a Maduro con sanciones. Otra postura favorece el acercamiento de relaciones con Maduro por el petróleo y la presencia en Venezuela de Chevron [la gran empresa energética estadounidense]. Por último, encontramos a aquellos que trabajan en la expulsión de migrantes en EEUU, y para eso también necesitan la colaboración de Maduro», explica Malamud. 

Ayuso, por su parte, piensa que lo que busca Estados Unidos es hacer una nueva demostración de poder, especialmente en una semana en la que China ha exhibido su fuerza militar en el 80 aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico. «Trump siempre necesita dar un golpe de fuerza e insistir que en América sigue siendo la potencia regional. Pero este despliegue no es un mensaje dirigido solo a Venezuela y América Latina, sino también al mundo entero, a China, a Rusia. Venezuela es perfecta para hacerlo porque ya tiene una relación conflictiva», declara.

La investigadora del Cidob también apunta al cumplimiento de promesas electorales como motivo del aumento de la agresividad de Estados Unidos, ya que «había sectores que llevaban tiempo reclamando a Trump una política de mano dura con Venezuela«, especialmente en el asunto del narcotráfico. Tampoco se puede obviar que cualquier acción que EEUU lleve a cabo contra Venezuela supone un lógico desgaste del régimen, y lograr una inestabilidad en el país, defiende Ayuso, también puede ser uno de los objetivos de la Casa Blanca.

La lucha contra el narcotráfico

Para Malamud, en cambio, la situación actual es «muy confusa» porque «no están claros los objetivos de EEUU con esta escalada». En el caso de que sea combatir el narcotráfico, duda de que este método «sea el idóneo». El asunto no es baladí, puesto que la inmensa mayoría de acciones que EEUU lleva a cabo contra Venezuela están justificadas en que lo considera un narcoestado. Ya durante su primer mandato, Donald Trump acusó a Maduro de narcotráfico y terrorismo y puso precio a su captura: 25 millones de dólares. En esta segunda legislatura la ha aumentado a 50. 

Concretamente, según la Casa Blanca, el presidente venezolano utiliza a cárteles como el de Sinaloa y el del Sol para desestabilizar a Estados Unidos a través del tráfico de drogas y la violencia. Asimismo, también lo acusa de estar detrás de Tren de Aragua, la organización a la que pertenecían los 11 narcotraficantes que este martes mató el Ejército norteamericano. 

«Todo esto es algo que está entre tinieblas. No creo que Maduro tenga una vinculación directa con el Tren de Aragua, pero sí parece haber existido una mutua colaboración entre el Gobierno chavista y la organización. Tiene más problemas, junto a Diosdado Cabello [figura clave en la Revolución bolivariana], con el cártel de los Soles, que es como las meigas: no hay evidencias concretas de su existencia, pero tampoco otras que la descarten». 

El cártel de los Soles está ampliamente reconocido por varios países como una organización ilícita compuesta por militares bolivarianos de alto rango que se dedican al terrorismo, el tráfico de cocaína o la minería ilegal. No obstante, no ha podido demostrarse su existencia. 

Fuente: 20 Minutos

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