El ministro de Asuntos Exteriores saudí, el príncipe Faisal bin Farhan, dice que ministros de países árabes y musulmanes visitan China y celebran una reunión internacional destinada a poner fin a la guerra HAMAS-israelí en la asediada Franja de Gaza.
Farhan anunció en una publicación en su cuenta de red social X que la reunión es el primer paso para que el Comité Ministerial Islámico lleve a cabo las decisiones alcanzadas en la Cumbre Árabe-Islámica celebrada en Riad a principios de mes, entre las que se encontraba trabajar para la aplicación de un alto el fuego urgente en Gaza.
Farhan dijo que los ministros se embarcan en una gira y visitarán varias otras capitales después de China para transmitir un fuerte mensaje de lograr un alto el fuego inmediato y facilitar la entrada de ayuda humanitaria a Gaza.
El máximo diplomático saudí discutió los últimos acontecimientos en Gaza con el Alto Representante de Asuntos Exteriores de la UE, Josep Borrell.
En declaraciones a los periodistas después de la fabulación, Farhan dijo que a pesar del acuerdo dentro de la comunidad internacional sobre la importancia de la paz, todavía no se presta suficiente atención a la necesidad de un alto el fuego inmediato en Gaza.
“Esperamos que en algún momento podamos relanzar los esfuerzos hacia una paz permanente con el establecimiento de un Estado palestino que garantice la seguridad de todos nosotros en la región, pero la prioridad ahora es poner fin a los combates”, dijo Farhan.
“Debemos trabajar juntos para garantizar que pongamos fin a los combates y al sufrimiento de los civiles que vemos todos los días en Gaza”.
Israel inició la guerra en Gaza el 7 de octubre después que los grupos de resistencia palestinos de Hamas y el Yihad Islámico llevaran a cabo la sorpresiva y sangrienta Operación Inundación de Al-Aqsa contra civiles israelís.
Según el Ministerio de Salud con sede en Gaza, al menos 12 300 palestinos han muerto en los ataques, la mayoría de ellos mujeres y niños. Casi 30 000 palestinos han resultado heridos.
Tel Aviv también ha impuesto un “asedio total” a Gaza, cortando el combustible, la electricidad, los alimentos y el agua a más de dos millones de palestinos que viven allí.
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