Un caso para la JCE

 

EDITORIAL

Los partidos políticos pueden errar, situación que la Junta Central Electoral (JCE) debe evitar, a la hora de que estos eligen a sus posibles candidatos para representar cualquier circunscripción, este organismo regulador debe pasar por un colador ético a todos los aspirantes a las diversas posiciones existentes.

Es muy lamentable la situación que llevan los ciudadanos comunes que se ven obligados a emitir el voto a personas que no son de su agrado o que están envueltos en negocios torcidos, pero que por influencia económica u otra son escogidos por sus partidos o simplemente los electores omiten el voto por falta de alternativas políticas.

En más de una ocasión ya se ha visto como legisladores muy lejos de lo ético porque cometen o han cometido actos reñidos con la moral son los prospectos partidistas a quienes sus miembros no solo están compelidos a votarles, sino hacerles campaña por ser los candidatos escogidos por su organización.

El pueblo siempre necesita alternativas políticas a la hora de elegir quienes les representará, pero cuan penoso es cuando los actuales circunventes no hayan hecho nada importante por su comunidad, pero son impuestos por los partidos a repetir como tales, sobre todos como legislador, no importa a cuáles organizaciones pertenezcan ni la posición, ya sean estos: senadores diputados, regidores u otros.

Ya es hora de que JCE haga su trabajo correctamente y sirva como un organismo regulador  y  tome en cuenta que el pueblo dominicano ha tenido que fumarse decenas de representantes congresuales con dudosa moralidad, no solo en lo económico, sino también algunos consumidores de sustancias nocivas a la salud o simplemente algunas mujeres que han sido trabajadoras en casa de la alegría y que son impuestas por organizaciones que con el voto popular llegan al Congreso Nacional.

Esto es una pura realidad, pero ya es hora de adecentar la casa donde se hacen las leyes, incluyendo la Carta Magna que rige al país.

Basta ya de imposiciones.