Por Miguel SOLANO
La emergencia de salud ocasionada por la aparición del coronavirus ha clarificado muchas cosas :
Los pedilones que estaban en todas las esquinas "asaltandonos" y que lo hacían por necesidad, ¿eran unos falsantes?
Todos desaparecieron llevándose con ellos las causas que los mantenía como mendigos. Miles de razones podrían argumentarse, pero en las calles no están, las calles dejaron de ser un negocio para ellos.
La emergencia de salud ocasionada por la aparición del coronavirus ha clarificado muchas cosas :
Los pedilones que estaban en todas las esquinas "asaltandonos" y que lo hacían por necesidad, ¿eran unos falsantes?
Todos desaparecieron llevándose con ellos las causas que los mantenía como mendigos. Miles de razones podrían argumentarse, pero en las calles no están, las calles dejaron de ser un negocio para ellos.
Nuestros ladrones comunes, esos asaltantes diarios y callejeros que justifican sus maléficos actos en sus necesidades, en que tenían que conseguir que comer, han pasado a tener una relación muy mínima, casi han desaparecido del mercado delincuencial.
Antes robaban por necesidad, ¿y ahora de qué viven? ¿Cómo fue que el virus los despojó de sus apetitos por el crimen?
Antes robaban por necesidad, ¿y ahora de qué viven? ¿Cómo fue que el virus los despojó de sus apetitos por el crimen?
Pero, el caso más extraño es el apetito de nuestras mujeres por estar encerradas. ¿Nos habían estado engañando con la idea de que querían salir a trabajar y estar en las calles?
Desde el principio la Organización Mundial del la Salud, los científicos pusieron las cosas claras : ¡Distanciamiento físico, no social! Pusieron como un requerimiento de salud salir, caminar, hacer ejercicios, mantenerse en movimiento... , pero nuestras mujeres han desoido los consejos de la ciencia y han proclamado un encerramiento total. La élite gobernarnte ha encontrado en nuestras mujeres el mercado perfecto para difundir la cultura de que "nosotros gobernamos, resolvemos, ustedes, como emocionalmente esclavas, quédense tranquila".
Hace tiempo que no querían salir de casa, hace tiempo que se habían cansado de las calles y el coronavirus le ha dado la excusa perfecta para decir "Yo respeto la cuarentena". Cuando el gobierno declare su fin va a tener más enemigas que lo que jamás había soñado. Nuestras mujeres han adquirido el coraje para saber y defender lo que quieren. ¿Y quieren quedarse en casa?
Desde el principio la Organización Mundial del la Salud, los científicos pusieron las cosas claras : ¡Distanciamiento físico, no social! Pusieron como un requerimiento de salud salir, caminar, hacer ejercicios, mantenerse en movimiento... , pero nuestras mujeres han desoido los consejos de la ciencia y han proclamado un encerramiento total. La élite gobernarnte ha encontrado en nuestras mujeres el mercado perfecto para difundir la cultura de que "nosotros gobernamos, resolvemos, ustedes, como emocionalmente esclavas, quédense tranquila".
Hace tiempo que no querían salir de casa, hace tiempo que se habían cansado de las calles y el coronavirus le ha dado la excusa perfecta para decir "Yo respeto la cuarentena". Cuando el gobierno declare su fin va a tener más enemigas que lo que jamás había soñado. Nuestras mujeres han adquirido el coraje para saber y defender lo que quieren. ¿Y quieren quedarse en casa?
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