Los encarnizados combates en todo Sudán entraron en su segundo día tras meses de tensiones entre un grupo paramilitar y el ejército del país.
Testigos presenciales en la capital, Jartum, dijeron a CNN que los combates se intensificaron tras las oraciones matutinas de este domingo, y que se escucharon fuertes ruidos y explosiones durante toda la noche. También se informó de combates a cientos de kilómetros de distancia, en la ciudad oriental de Port Sudan.
Al menos 56 personas han muerto y casi 600 han resultado heridas en los enfrentamientos, según el Comité Central de Médicos de Sudán.
Mohamed Hamdan Dagalo, jefe paramilitar sudanés, afirma haberse apoderado de la mayoría de las sedes oficiales de Jartum tras los enfrentamientos que estallaron este sábado entre su grupo armado y el ejército del país.
«Las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF por sus siglas en inglés) controlan más del 90% de los lugares estratégicos de Jartum», declaró Dagalo en una entrevista concedida a Sky News Arabia, refiriéndose a su grupo.
El líder militar del país, el general Abdel Fattah al-Burhan, rebatió las afirmaciones de Dagalo y afirmó que el ejército ha mantenido el control sobre los emplazamientos gubernamentales.
En una entrevista concedida a Al Yazira, Dagalo -también conocido como Hemedti- calificó a Burhan de «criminal» y lo acusó de instigar los enfrentamientos del sábado.
El ascenso al poder de Dagalo comenzó cuando era líder de las tristemente célebres fuerzas Janjaweed de Sudán, implicadas en violaciones de derechos humanos en el conflicto de Darfur de principios de la década de 2000. Su grupo también mató al menos a 118 personas en las protestas prodemocráticas de junio de 2019, después de que las tropas abrieran fuego contra una sentada pacífica.
Burhan y él fueron fundamentales en el derrocamiento del presidente Omar al Bashir en 2019, pero desde entonces se han enzarzado en una lucha de poder, con tensiones por la integración de las RSF en el ejército.
‘Conspirar traidoramente’
Este sábado se registraron enfrentamientos armados en todo Jartum, incluido el palacio presidencial y el cuartel general del ejército de la capital.
Entre los muertos se encontraba un ciudadano indio que trabajaba en Sudán y que falleció el sábado tras ser alcanzado por una bala perdida. India y otros países han instado a sus ciudadanos a refugiarse.
El ejército sudanés acusó a las Fuerzas de Apoyo Rápido de «conspirar traidoramente» contra el país y ha exigido su disolución.
No habrá «negociación ni diálogo antes de disolver la milicia rebelde de Hemedti», declaró el ejército sudanés en un comunicado. También publicó un cartel de búsqueda de Dagalo, calificándolo de «criminal fugitivo».
El Mando General del Ejército de Sudán emitió un comunicado en el que pedía a los civiles que permanecieran en sus casas, ya que aviones de guerra realizarán barridos en busca de las Fuerzas de Apoyo Rápido.
«La Fuerza Aérea de Sudán llevará a cabo un barrido completo de la presencia de la milicia rebelde de Apoyo Rápido. La Fuerza Aérea hace un llamado a todos los ciudadanos para que permanezcan dentro de sus casas y no salgan», dice el comunicado.
El Comité de Seguridad del Estado de Jartum declaró día festivo en la capital «para preservar la vida de los ciudadanos y sus bienes».
La comunidad internacional hizo un llamado generalizado a la calma, y tanto Estados Unidos como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pidieron el fin de los enfrentamientos.
Los líderes africanos celebran reuniones de emergencia este domingo en respuesta a la situación. Los vecinos de Sudán, Egipto y Sudán del Sur, se han ofrecido a mediar.
Una investigación de CNN también descubrió otro vínculo entre los dos hombres: su implicación en la explotación rusa de los recursos de oro de Sudán para financiar su guerra de Ucrania, siendo las fuerzas de Dagalo también receptores clave de entrenamiento y armamento ruso.
Pero las recientes conversaciones han generado grietas en la alianza entre los dos líderes militares. Las negociaciones han tratado de integrar a las Fuerzas de Apoyo Rápido en el ejército del país, como parte del esfuerzo de transición hacia un gobierno civil.
Fuentes del movimiento civil sudanés y fuentes militares sudanesas dijeron a CNN que los principales puntos de discordia incluían el calendario para la fusión de las fuerzas, el estatus otorgado a los oficiales de las RSF en la futura jerarquía y si las fuerzas de las RSF deberían estar bajo el mando del jefe del ejército, en lugar del comandante en jefe de Sudán, que actualmente es Burhan.
Las hostilidades, según dijeron las fuentes a CNN, son la culminación de lo que ambas partes consideran una lucha existencial por el dominio, en la que Burhan, añadieron, busca el apoyo de los antiguos gobernantes islamistas de Sudán, resucitando el espectro de los días que muchos sudaneses lucharon por dejar atrás.
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