En Mission, en el estado de Texas, la construcción de un tramo del "muro grande y hermoso" prometido por el presidente Donald Trump para luchar contra la inmigración ilegal puede tener otra víctima: la fauna, y especialmente las mariposas.
Enclavada en el Valle del Río Grande, Mission es el hogar del Centro Nacional de Mariposas, una organización privada sin ánimo de lucro dedicada a la preservación de estos insectos.
"Aquí antes había un campo de cebollas", explica Luciano Guerra, uno de los responsables del centro.
"Lo devolvimos a su estado natural, creamos un hábitat para las mariposas (...). Y al crear un hábitat para las mariposas, atrajimos" a otros tipos de animales, añade.
Como resultado de su trabajo, en esta zona se han identificado cerca de 200 especies de mariposas.
En primavera y otoño se pueden observar "de 80 a 100 en un solo día", explica Guerra.
- Luciano Guerra. AFP/END -
Entre ellas, la famosa monarca, de tonos naranja y negro, y la mariposa reina o la Agraulis vanillae.
En medio de la vegetación de la orilla del Río Grande, frontera natural con México, habitan linces, coyotes, pecaríes, armadillos y tortugas de Texas.
Futuro "desierto biológico"
La construcción de un muro, por tanto, sería devastador, advierten desde el centro, cuya directora, Marianna Trevino Wright viajó a Washington para declarar el miércoles ante los miembros demócratas de una comisión parlamentaria sobre recursos naturales, y exigir acciones a la clase política.
La financiación de parte del muro que pasa por esta zona fue aprobada el año pasado. Según el centro de mariposas, la construcción de ese tramo de una cincuentena de kilómetros está previsto para fines de febrero.
- Mission es el hogar del Centro Nacional de Mariposas, una organización privada sin ánimo de lucro. AFP/END -
Trevino protestó ante los legisladores porque el gobierno aprobó el proyecto sin tener en cuenta muchas leyes de protección ambiental.
El muro y los proyectores cegadores que lo acompañarán "perturbarán las actividades crepusculares y nocturnas de las plantas y los animales, transformando lo que hoy es un ecosistema lleno de vida en un desierto biológico", explica Trevino.
"La gente dice que las mariposas pueden volar por encima, en medio o alrededor (del muro). No necesariamente", asegura Guerra. "Algunas mariposas vuelan bajo, y no pueden volar por encima de un muro de hormigón de cinco metros de altura".
Además, "cuando los bulldozer vengan a preparar el terreno para el muro fronterizo, cortarán árboles, plantas y la vegetación que acoge a las especies que tenemos aquí", advierte.
Estos mismo árboles albergan los nidos de muchas especies de pájaros, sobre todo en primavera, y varios mamíferos pueden ver su hábitat destruido por los vehículos utilizados en la construcción, según Guerra.
¿Crisis en la frontera?
Según las informaciones que han recibido en el centro de mariposas, el muro dividirá su propiedad en dos.
¿Habrá una vía de comunicación entre las dos partes del terreno? "No lo sabemos, no nos lo quieren decir todavía".
Es por lo que el centro presentó una demanda por violación de la propiedad privada, aunque con pocas esperanzas de que prospere. "No llegará a una juzgado hasta que el muro haya sido construido", se lamenta.
- En primavera y otoño se pueden observar "de 80 a 100 en un solo día. AFP/END -
Otra perspectiva que enoja al activista es que la crisis en la frontera de la que habla Trump es, en su opinión, muy exagerada. "Si hubiera una crisis, no viviría aquí", argumenta.
Guerra se declaró abiertamente votante de Trump en las presidenciales de 2016 en una columna publicada en The Washington Post. Aunque hastiado por sus dos años al frente de la Casa Blanca, este "republicano de toda la vida" dice que no le volverá a dar su apoyo en las elecciones de 2020.
"No estamos a favor de las fronteras abiertas. Creemos que las leyes sobre inmigración deberían aplicarse, pero hay otras formas de hacerlo", dijo a la AFP. "Los muros son viejos y obsoletos".
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