domingo, 30 de marzo de 2025

1.700 muertos y 300 desaparecidos y continúan las réplicas Birmania y Tailandia

 

Birmania sigue conmocionada tras la tragedia y sumida en el caos. Las cifras del terremoto de magnitud 7,7 desatado este pasado viernes en el centro del país suman ya 1.700 muertos y 3.408 heridos, según han comunicado las autoridades este domingo, quienes han cifrado además en 300 las personas que se encuentran todavía desaparecidas. Con los servicios de comunicación interrumpidos y un gran número de carreteras cortadas, el país vive, así, uno de los peores momentos de su historia y 48 horas después del impacto del fuerte seísmo empieza a evidenciarse la enorme destrucción provocada por el devastador terremoto. 

La Organización para las Naciones Unidas (ONU), de hecho, ha asegurado este domingo que los temblores han dejado afectados a más de 20 millones de personas, lo que supone más de un tercio de la población total del país.Entre los daños documentados por el organismo destacan miles de casas, cientos de monasterios, y decenas de escuelas, así como innumerables grietas registradas en universidades, hospitales y carreteras, lo que ha dejado estos sitios como lugares inseguros y ha obligado a la evacuación de millones de personas a espacios abiertos o a algunos albergues. Se calcula, en total, que más de 2.600 edificios han colapsado y han quedado destruidos en todo el país. 

El Comité Internacional de la Cruz Roja, por su parte, ha avisado que la situación en el país sigue siendo crítica, especialmente en las zonas de Sagaing, Mandalay y en la capital del país, Naipidó. En estos territorios, así como en Magway, Shan y Bago, el país ha decretado el estado de emergencia. En ellos, las redes de comunicación y el suministro energético están todavía caídos y los equipos de rescatistas han seguido este domingo movilizándose en numerosos lugares para ayudar a la población y tratar de buscar personas con vida entre los escombros.

Momento en el que se derrumba el rascacielos en construcción tras el seísmo.

El Gobierno de Tailandia sospecha del acero del rascacielos hundido en el terremoto y ve irregularidades:nos deja atónitos»

La ciudad de Mandalay, situada a 17 kilómetros del epicentro del terremoto y la segunda urbe más importante del país, es la que ha concentrado las consecuencias más devastadoras de la catástrofe, con un último recuento que habla de casi 700 muertos. Por el momento, su aeropuerto permanece cerrado y se han visto afectados además varios puentes cercanos, lo que dificulta el acceso hasta la ciudad. «Todo está en ruinas. Nadie quiere volver a sus casas», ha asegurado un vecino de Mandalay a EFE que afirma que hay multitud de edificios que están inclinados, por lo que todo el mundo teme que se caigan. «A algunos sitios ni siquiera se puede llegar en coche. Los vecinos viven en la calle o a la intemperie, entre ruinas de edificios colapsados», ha añadido.

En las fotografías, tomadas por la empresa estadounidense de tecnología espacial Maxar se aprecia como un barrio entero de la ciudad con decenas casas humildes ha quedado completamente arrasado tras el seísmo.

Otra de las ciudades más afectadas es Sagaing, prácticamente a la misma distancia del epicentro que Mandalay, y donde los daños son también «enormes» según han destacado desde la Cruz Roja. Con unos 300.000 habitantes, la organización ha indicado que el 70% de la ciudad «está destruido». Por ahora, lo cierto es que los cortes de internet, de telefonía, así como de otras redes de comunicaciones, complican saber aún cuál es el alcance total de la tragedia. 

A ello se unen las réplicas producidas desde este viernes. Según los servicios sísmicos, se han producido ya hasta 180 nuevos temblores en tan solo dos días, entre ellos un terremoto de magnitud 5,1 ocurrido este domingo por la mañana cerca de Mandalay. «Debido a las réplicas, la gente está tan asustada de volver a sus casas que, incluso si no están dañadas, prefieren quedarse en la calle y en los arcenes», ha expresado este domingo la directora de personal para Birmania de la ONG Plan Internacional.

Ayuda internacional

Ante este escenario, numerosos países han enviado ayuda humanitaria, así como personal, hasta Birmania. Pese a ello, lo cierto es que la situación del país, en guerra civil y cuyo poder está en manos de una junta militar desde el golpe de estado ocurrido en 2021, está complicando la llegada de más ayuda y de repercusiones internacionales. Hasta el país se han desplazado por el momento cientos de rescatistas procedentes de países como Rusia, ChinaSingapurIndia Tailandia

Damaged pagodas are seen after earthquake Friday, March 28, 2025, in Naypyitaw, Myanmar. (AP Photo/Aung Shine Oo)

La ONU, así como otras organizaciones humanitarias, han advertido además de que los hospitales siguen todavía colapsados y que el país vive una grave escasez de alimentos. Por ello, han instado a que la comunidad internacional envíe «ayuda urgente y consistente» a Birmania. Estos grupos, de igual manera, han tenido que desplegar equipos quirúrgicos móviles y hospitales de campaña en numerosos territorios para poder brindar atención médica. 

Continúa la búsqueda de supervivientes en Tailandia

En Tailandia, donde también se experimentó el fuerte seísmo el pasado viernes, las autoridades han elevado este domingo a 18 las víctimas mortales por el terremoto en todo el país. Hay, además, 33 heridos y 78 desaparecidos en total, aunque a diferencia de Birmania, la situación en Tailandia ha ido este domingo volviendo lentamente a la normalidad con la reapertura de numerosas carreteras, así como con el restablecimiento de las operaciones comerciales y los servicios. 

El terremoto de Birmania se ha sentido en los países vecinos de China y Tailandia.

La mayoría de los fallecimientos, un total de once, tuvieron lugar tras el derrumbe de un edificio en obras de Bangkok ubicado cerca del turístico mercado de Chatuchak y que colapsó en cuestión de segundos. Allí las autoridades y los equipos de rescatistas han continuado sin descanso día y noche para tratar de hallar supervivientes entre los restos de la construcción. «Se ha detectado señales de vida en la zona, por lo que las operaciones de rescate continuarán con urgencia», ha asegurado el gobernador de la ciudad este domingo. 

Sin embargo, lo cierto es que el paso de las horas empieza a alejar la posibilidad de encontrar a personas con vida. Por ahora, los equipos de rescate están utilizando perros, drones, una cámara termográfica para detectar el calor corporal y escaneos 3D de la estructura con el objetivo de localizar a personas entre la gran montaña de escombros. «Hemos detectado señales de personas con vida en la profundidad de los escombros, pero es muy difícil alcanzarlas», ha aseverado a los medios uno de los rescatistas, que también ha explicado que intentar llegar uno, dos o tres metros de profundidad es «extremadamente complicado».

Fuente: 20 Minutos

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